Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 10. Otoño-2007

Asociación Cultural Claustro Poético

 

Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Hasta cuando

Las gomitas de tus braguitas

Quiero dibujarte

Dos reflexiones con Juan Ramón

¡Ah! tiempo aquél

El hombre

Era poeta de la mitología

Llegó septiembre

Mi viejo es

Vivir de ilusiones

Xaynab

Con los ojos cerrados

Han dejado la puerta abierta


Colaboraciones

El Mendigo


Noticias

I Premio Poesía Macedonio Palomino

Premio Ateneo Jovellanos 2007

Premio Ateneo Jovellanos 2007

XXVII Premio Fernando Rielo de Poesía Mística 


Colaboran en este número


Nos anteriores

Número 0

Número 1

Número 2

Número 3

Número 4

Número 5

Número 6

Número 7

Número 8

Número 9


 

 

Con los ojos cerrados*


 

Cerrá los ojos

Cerrá completamente los ojos.

Que nada te lleve a mirar

con los ojos abiertos.

Una sola decisión, no importan los ruidos.

Al contrario. Los ojos deben mirar

por las orejas, por la nariz , ojos para

el aroma, el olor

que se necesita para seguir así:

con los ojos cerrados.

Llegarán canciones en cada movimiento.

En el viento vendrán comidas, la parte tuya

de una tarde al sol, el cemento, las flores,

el olor de ésa escalera que se sube y se sube.

Un director de orquesta tendrá su batuta

para la canción imaginada. Sonará

en la casa. Oirán donde hace falta

los reflejos necesarios para empezar

la suelta de mariposas y almohadas,

con perfume amigable.

Repito la consigna. Con los ojos

cerrados llegará la noche al mediodía.

De a poco se comprende que,

con los ojos cerrados, no hace falta hablar

para tocarse.

El verdadero idioma dirá sus cosas,

por los jugos, gemidos, imprecaciones.

Los músculos harán su trabajo y la saliva,

el resplandor, el ruido, cada cosa

que habita en el encuentro ocupará su sitio.

Con los ojos cerrados esto, lo pedido,

el encuentro, resolverá un asunto

sin pasado, sin olvido, en el lugar

sin escalas, referencias, en el lugar

del mundo de los ojos cerrados,

de la ilusión, de todos los abismos.

 

Hay un solo camino

y se ha dicho suficiente: andar hasta su puerta,

cerrar los ojos, empezar la porfía.

 

                  *Raúl Acosta

 

Envíanos tus poemas