Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 4. Primavera-2006

Asociación Cultural Claustro Poético

 

Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Motor de Otoño

Poema

El Barco

Dicen que te escondes

El Amor

Ojos muertos

Dices que lo amé

Soñar

Adios

Año

Fugacidades de papel

Entre nos, otros

Cuando soñabas

Grabando la Imaginación

Algo fluye cuando ya nada...

Del útero a la tumba un sueño...

El templo de la luz

Noctis

Un presagio mueve el bloques...

Titanic

Adónde van los pájaros

A veces vivo un poco

Cara y ceca


Colaboraciones

La lágrima


Noticias

Fiesta del Aquelarre Poético

III Certamen Int. Poesía Joven

Premios de Poesía Angaro...


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POEMA*


             

                      "Trees die & the dream  remains
                       (Los árboles mueren  pero el sueño prosigue)"
                                                      Ezra Pound


                      "...collar de fuego al  cuello de la noche"
                                                      Octavio  Paz

   Los carbones restallaron la palabra de cenizas,
   Orula incendia las gardenias con su densa lengua de jazmines.
   La larga frente del mar sobre la arena resplandece
   cuando la noche comienza a penetrar el día,
   -una noche de uñas y silencio.

   Ecos de antaño: tronadoras baterías de corales,
   fulminantes cárdenos de crepúsculos.
   La ciudad segura, Varanasi, murmullea en cada huella
   polvorienta en el cristal del aire.
   Suenan al unísono mil clarinetes para Mozart
   en concierto de labios y eclipsados fulgores,
   en La menor el Adagio es un ensangrentado caracol.

   Un pitohui se oculta en la flor de los naranjos.
   Los efímeros heraldos asolan agrios los jardines,
   tomo sus sexos alterados y rojizos para el bodegón que pinto.
   Babiecas penumbrosos relinchan vaho de cola de cometas,
   -entre neblina de anfetaminas mueren las fuentes
   del jardín de las arterias-, cuando las relucientes navajas
   degollan otra risa, desasida y huerfana.

   Ruedan corazones descosidos por las cunetas de un Bagdad,
   exótico, lejano, malamente enrarecido,
   y el corifeo de ciudades asesinas entierra lapidadas Antígonas.
   Esa palabra ígnea: dado cargado y álgido de albas,
   cachetes incendiados de la arena,
   catastróficos parajes, terribles dones,
   -juega a los crímenes del árbol-,
   aquel letargo de las brumas...
   encuentra y dice, comunica y pega.

   El óxido de fétidos orines se atrinchera sinuoso en los altares.
   Las estridentes clarines del ocaso llaman a rebate,
   ahora que el árbol se desviste:
   dueño de la niebla de las palabras inspiradas,
   se desdice prisma, primavera primordial, zarza en ascuas,
   bilocal espejo iluminando ya todas las cosas.



              *© Edgar E.Ramírez Mella, Puerto Rico
              de JARDÍN EN ASCUAS (inédito)

 

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