Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 62. Otoño-2020

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Por Hache o por Be

Presunción de insolencia

Mirada inocente

Noche de verano

Amar América

Desde mi torre de adobe en La Habana

Juego de rol (video poema)

Reconocimiento (video poema)

Superluna (video poema)

Luces y notas en fa

Y llegarán los días

A la luz de la inspiración como fuerza de vida

La búsqueda de Dios a nosotros

La enzima del espíritu

Llamados a ser el verso que no perece

Observo que la vida es compromiso

Todos aspiramos a una vida luminosa

Unidos al verso el pulso se hace vida

 


Colaboraciones

Antonieta in love / Poetae artis / Diario de navegación

Fuente del Saladillo

 


Noticias

Certámenes de poesía octubre-diciembre-2020

 


Colaboran en este número

 


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La búsqueda de Dios a nosotros*


  

(Dejémonos asombrar, por ese Cristo que nos vivifica, ante los fracasos de la vida)

 

I.- JESÚS NOS REVIVE CADA DÍA

 

El amor de Jesús se manifiesta en cada instante,

sólo hay que salir de uno mismo y verse con él,

despojarse de lo mundano y volver a sus brazos,

que es donde en verdad uno retorna a lo místico:

¡cruzando la muerte, entrando en el pulso de Dios!

 

Jesús es el único amor que nos traspasa a la vida,

que nos enciende la esperanza de poder amarnos,

pues su expresión nos dona aliento y enardece,

anima y vivifica, ilumina y nos aplaca en su luz:

¡desvaneciendo la noche del miedo y del ahogo!

 

El crucificado es nuestra viva sombra liberadora,

camina junto a nosotros y nos protege cada día,

se manifiesta en los que lo invocan y abrazan,

no se oculta para que lo podamos sentir todos:

¡en nuestro diario existencial y reencontrarnos!

 

II.- LA PASIÓN DEL SEÑOR

 

Cuando la noche se vuelve más negra y oscura,

cuando todo parece estar sumamente perdido,

en ese preciso momento de oscuridad y ceguera,

interviene el Señor y resucita en nuestro andar:

¡abrámonos ciegamente a la confianza de Dios!

 

Somos hijos del amor y hemos de querer amarnos,

hemos de hacer todo de corazón por los demás,

hemos de descubrir la fuerza del poema que soy,

en el espíritu de entrega y en el valor de absolver:

¡sin haber perdonado, la llave del cielo no se abre!

 

Jesús implora para sus verdugos la quietud del Padre, 

lo hace con la humildad del que ama porque quiere,

no hay otro modo de concebir el gozo que el darse,

quien se dona también sabe perdonarse y renacer:

¡en la pasión de Cristo todo se enternece y eterniza!

 

III.- LA VUELTA AL VERSO DE DIOS

 

Bajo la estela del Redentor, volvemos a regresar

al verso de Dios, a la voz hecha nívea existencia,

a la expresión divina del lenguaje de lo auténtico,

aquel que nos renueva y reverdece mar adentro:

¡Había muerto en la cruz, pero nos renace el alma!

 

Jesús se deja ver en nuestro interior resucitado,

mientras el sepulcro terrenal permanece sin nadie,

desposeído de mundo, poseído por la gloriosa

e inmortal ascensión celestial que nos sublima:

¡hasta volvernos poesía y envolvernos de poetas!

 

Cristo es el artífice de nuestro cambio de actitud,

no hay signo de gratitud para el gozo de gratuidad,

dejemos que hoy esta experiencia nos transforme,

se enraíce en nuestro caminar y nos agarre la paz:

¡Redímenos y líbranos de estas cruces terrenales!              

 

                      *Víctor CORCOBA HERRERO, 11 de abril de 2020.

 

 

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