Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 65. Verano-2021

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Antídoto

La belleza coquetea

El tren

Meditación

Arrequive

Tapadme

Lubricantes mentiras (video-poema)

Primavera (vídeo-poema)

La celeste música del sueño

La culminación de Jesús en su vida terrenal

La realidad nos habla de nuestras miserias

Sabiduría y sensibilidad

Siempre en camino buscando la buena estrella

Un pasaje hacia sí mismo

Yo no digo nada, pero me abrazo a todo

Tao

 


Colaboraciones

Fuente del camino

 


Noticias

Certámenes de poesía julio-septiembre-2021

 


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Tapadme*


  

Tapadme sombras, cuando en el lienzo de la tarde me adormezca,

 Pues aun siento serenatas de luces ir deslizando odas de suspiros

 Por la doliente calzada de mi pecho.

 

Tapadme, oh, tristeza,  cuidad que no me altere un vuelo de risas,

 No sea que estas se estrañen y se atemoricen cuando en la mañana  

Encuentren el poroso traje de mi piel, todo remendado de verdades.

 

Tapadme, queridos libros, de bellos cuentos de niño, donde empecé

A soñar y donde yo me creí que la tierra estaba solamente habitada

Por hombres justos y buenos.

 

Tapadme, estrellas que escanciais astillosas y humosas lágrimas,

Ante aras de asfalto, induciéndome a beber esos rigores que saben

A impenitentes e inanes promesas y a ásperos gorjeos de campanario.

 

Tapadme, solariegos y viejos patios, que  fuisteis entretejiendo

 Con hojas de parra y de yedra, de quejidos de esparto y de enea,

Sombrajes de silencios entre olorosos correveidiles de macetas.

 

Tapadme, morados lirios de Yayyán,  que me ofrecisteis un ayer

 Con hermosos ramos, de aquellos primerizos y encendidos amores,

 Con sus inocentes besos, oliendo el bozo a sudor y a rubor nuevo.

 

Tapadme, ¡oh, creencias! Ese día en que no encuentre indelebles

Átomos fe, para dar cierto sentido a ese ser y estar de mi presente,

Que, como un sonámbulo, acude fiel ante la seo de mis noches.                  

 

Tapadme mares, que siempre me mostrasteis diademas de olas,

 Y orizontes  de azul y verde y me balsamasteis de eperanza

 Con calidoscópios de ausencias  y vientos de sal y de plegaria.

 

 Tapadme, hojas del ya irredento y marchito libro de mi memoria,

El cual, hace tiempo se me cayó por la leve escalera de los días

Y cada vez me es más dificil recoger cada una de sus páginas.

 

Tapadme, amores y desamores, no tengais ningún reparo en ello,

Dado que a nadie diré, de vuestros cóncavos secretos, donde hubo

momentos, en que en la misma copa, bebieron la miel y la mirra.

 

Tapadme campos, añorados campos de mi infancia, donde gusté       

los musicales y alegres trinos de aves en los cálidos atardeceres.

Para poder envolver y para siempre, todos aquellos sueños de niño

Que, como un viejo juguete, quedaron rotos, sin vida, en un desván.

 

Tapadme, calladamente, quebradizos élitros de recuerdos y de olvidos,

Cubridme con mantos de rubios soles, con chales de nieve y escarcha,

Con aceitunadas lunas, aliviando ondosas cimbras llenas de soledades.

¡Tapadme, ¡ay, tapadme aún de sentires; Ay, tapadme rosas al alba…!

 

                          *Manuel Ángel Pérez del Moral.

 

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