Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 45. Verano-2016

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Aforismos dedicados a Manuel Gahete Jurado

El Parque

Ordet

El regreso

Insomnio

A mi hija María

A mi hija Rocío

Ámese, y cuando se quiera, pruebe amar a sus próximos

Buscando al Niño me hallé con Dios

Con ser amor, soy de Dios

Crecido por la esperanza

Cristo ha resucitado

Dejémonos amar por el creador

El deleite de Dios es nuestra vida

A ti, mi querida Penélope

Viéndote

Error

La yegua soberana

Soneto XXXIV

Soneto XXXV

Conversaciones

Poema del número cero

 


Colaboraciones

Verde


Noticias

Premios de poesía verano 2016


Colaboran en este número

 


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Ámese, y cuando se quiera, pruebe amar a sus próximos*


 

Confieso que me gusta levantarme enamorado

de la vida, nada me crece más que quererme,

y advertir que cada corazón es único

para poder saciarme de dichas y comprender,

que todos somos parte del poema,

y que el poema cohabita en fundirse las miradas,

en un mismo pulso, en una idéntica pausa.

 

Hemos venido a conocernos como caminantes,

a reconocernos como camino,

a reencontrarnos con la verdad del verso,

del que no debimos ausentarnos y al que siempre

hemos de volver para envolvernos de paz,

que es nuestro auténtico estado de la mente,

nuestra innata disposición por lo armónico.

 

Necesitamos que la armonía retorne al ser,

de otro modo la vida es un sin vivir,

donde nadie respeta a nadie,

mientras el caos se amontona en doquier esquina.

Cuando el desconcierto nos gobierna,

necesitamos desesperadamente otros conciertos,

que nos encaminen al orden, el sueño del alma.

 

Cuando falta piedad en nuestros interiores,

todo se desmorona, nada se construye,

el amor deja de ser el motor de nuestra existencia,

y el único triunfo es el poder por el poder,

la cumbre o el precipicio,

como si nuestra razón de ser fuese de dominio,

cuando el señorío es más de sostén que de podio.

 

La pasión de dominar es el más terrible de los vuelos

humanos, la más horrenda de las enfermedades,

el más mísero de los lenguajes,

pues si el someterse es despreciable,

aquel que no vive para donarse,

tampoco vive para amarse,

y quien no se ama, difícilmente puede ser amado. 

 

                                        *Víctor Corcoba Herrero, 5-marzo-2016.

 

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