Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 16. Primavera-2009

Asociación Cultural Claustro Poético

 

Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Capital tierra

Veneno

Cada vez

Sísifo

No puedo evitarlo

Regreso al infierno

Encantamiento

Si Dios así lo quiere

Tú dulce, yo miel

Tus anhelantes besos

Afrodita

Ángel

Desamparo filial

Mariposa

Peregrinaje

Amigos busco para dividir penas

Las manos de una mujer


Colaboraciones

Nacemos

No estoy de humor

Sueño y poesía


Noticias

XXIV Premio Cálamo de poesía erótica

II Premio de Poesía Federico Muelas

XXVIII Premio de Poesía Ciudad de Badajoz


Colaboran en este número


Nos anteriores

 


 

 

SUEÑO Y POESÍA*


 

            El sueño y la muerte siempre han estado muy unidos, tanto es así que en nuestra cultura se tenía al sueño como un primer estadio de la muerte desde la más remota antigüedad. En el mundo griego el dios del sueño (Morfeo) es hermanastro de la muerte (Tánatos), hijo del prolífico Hipnos, el de los mil hijos, los Oniros, concebidos por la Noche. El miedo a no despertar del sueño hacía que en el pasado, en nuestra cultura, las camas de los dormitorios se colocaran perpendiculares a las vigas de techo, intentando evitar que en el sueño no se fuera el alma levitando. Por el contrario, cuando la agonía de la muerte era lenta en el enfermo se giraba la cama noventa grados buscando la libertad del alma apresada en el cuerpo. Esta imagen del sueño vinculada a la muerte deja su rastro en la poesía:

 

“Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?”

Soliloquio de Segismundo en La vida es sueño.

             Pedro Calderón de la Barca

 

El sueño salta ligero por la mente, libre de cadenas y prisiones, siempre al borde del precipicio, de la pesadilla. Quizás por ello el hombre lo busca ansiosamente, porque libera su existencia y le da esperanza:

 

“Oh! Sueño maltratado y tan deseado,
No te alejes de mí.
Toma mi cuerpo
en la mórbida quietud
de tus noches y tus sombras.
Déjame disfrutar tus viajes
que conducen
a reinos de placer y fantasía,
habitantes de mi ensueño cada noche.
No te apartes,
quédate cerca de mí,
que con tu arrullo
acunaré mis miedos y mis risas
en la tenue quietud
del olvido nocturno”.

   Oh! Sueño maltratado. Margarita Blanco.

 

El sueño. Picasso.

 

El sueño no tiene dueño, aún no le han podido imponer reglamentos y normas. Se puede contar, mas no se puede atrapar. Se puede interpretar, mas quién sabe la interpretación correcta, acaso el bíblico José, o el ínclito Freud. A veces, el sueño se acerca a la poesía, y ésta bebe del sueño:

 

“Un mundo de contrahechos
se esparce en la cartulina,
bordado con punta fina
como los pelos del pecho.
País en que los deshechos
son amados todavía
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesía”.

Del sueño a la poesía. Silvio Rodríguez.

 

Y también la poesía se hace sueño en manos del bardo, del libertario, del utópico... del  justiciero que en nombre de la dignidad humana levanta la voz y esgrime la pluma como canto a la libertad:

 

"Yo tengo un sueño, que algún día cada valle será elevado, y cada colina y montaña serán hechas llanas. Los lugares más ásperos serán aplanados y los lugares torcidos serán hechos rectos... Con esta fe podremos labrar de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza. Con esta fe podremos transformar el sonido discordante de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad... De cada lado de montaña dejen resonar la libertad"

Discurso I Have a Dream, 28-agosto-1963. Martin Luther King.

 

*Juan Antonio López Cordero 

 

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