Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 6. Otoño-2006

Asociación Cultural Claustro Poético

 

Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

El barco se hunde

A Merche

Sin ensayos

Paz interior

Renacer

Sac Nicte

Si no existiera Dios

Vive

Ayer vino la muerte

El cielo cae en terrones

Tambor lento

Como será que el año al cabo

Cuando igual a mí afloras

No estoy de pie pero estoy a veces

Todo el amor todo entero

Tus ojos


Colaboraciones

Tío Alejo


Noticias

7º Premio aBrace 2006

XVI Premio Poesía "Ateneo Jovellanos"

V Premio Poesía Experimental


Colaboran en este número


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TUS OJOS*


        "A María Dolores"

  

En el mar de tus ojos

logro perderme,

de tal modo,

que no logro saber

si son un mar

o un bosque.

 

 

En su verde espesura

encuentro

el universo que busco,

y en las noches de insomnio

me arrebata

la ternura de tu mirada

siempre despierta

al interior

de las cosas

y los seres.

 

 

Son tus ojos

el encuentro

de todos mis mundos

pues en ellos habita

el fuego interior

que te alimenta;

por ello,

no se

si son un mar

o un bosque.

 

 

Sólo se

que son densos y cambiantes

que son profundos y brillantes

que son lacrimales;

quizás,

a fuerza de tantas nostalgias

y de tantos recuerdos

que se reflejan

en sus olas, o en sus hojas,

pues no se

si son un mar o un bosque.

 

 

 

Pero se

que contienen tantas cosas,

que encierran tantas vidas,

que ocultan tantos misterios,

y sin embargo,

permanecen firmes

a pesar de los cambios.

 

 

Son tus ojos

el mejor camino

para el encuentro,

la guía,

para el caminante solitario

que busca,

como todo peregrino,

la luz

que oriente sus desvelos.

 

 

Porque esa luz

que brilla en tus pupilas,

no es una luz de tantas,

sino tu luz,

la luz de tu sendero;

el sendero

de tu paz y de tus cosas,

que se desborda

en tu mirada.

 

 

Por ello,

cada vez que

penetro

en tu mar, o en tu bosque,

me pierdo en él,

como se pierde el navegante

o deambula el viajero.

 

 

Porque

quizás,

tus ojos

sean

un mar de hojas claras

o un bosque de olas verdes.

 

*Juan Manuel de Faramiñán Gilbert (16/7/1999)

 

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