CAPITULO VI.
LA VIDA EN PEGALAJAR
3. La vida de recreo y las fiestas.
Los días de alegría, regocijo y diversión normalmente venían señalados por una solemnidad religiosa. Las fiestas más importantes en Pegalajar desde muy antiguo han sido los días 4, 5, 6 y 7 de agosto a la fiesta que tradicionalmente, en homenaje a la Virgen de las Nieves, Patrona del Pueblo (existen referencias escritas a mediados del siglo XVIII), lo que atraía a comerciantes y gentes de los alrededores, dándole un carácter de feria.
Cuando llegaban estas fiestas patronales, ya desde el siglo pasado, el Ayuntamiento solía podar los árboles de los paseos de la Plaza, Calle Baja Fuente y la Alameda; comprar cera, contratar la banda de música y la pirotecnia (102).
A principios del siglo XX, las fiestas seguían siendo amenizadas por la banda de música, había fuegos artificiales en la Plaza del Ayuntamiento e iluminaciones "a la veneciana" en la Plaza, Jardín y Fuente de la Reja, una noche en cada sitio, y el reparto de pan a los pobres (103). Las atracciones se colocaban en la Plaza del Ayuntamiento y Plaza del Campillejo, y las casetas de turrones y quincalla en la Calle Santa María.
Con la llegada de la II República las fiestas de la Virgen de las Nieves toman un nuevo carácter. La nueva corporación, de mayoría socialista, viendo la situación de pobreza e indigencia de la clase obrera, acordó invertir parte de lo consignado en el presupuesto municipal para estas fiestas en otras atenciones "que beneficien económicamente a la clase obrera, cuya indigencia y malestar son notorios"(104) También acordó darle un carácter más popular a las fiestas al "no costear funciones religiosas y si cuatro de cinematógrafo durante los días 4 y 5 en la Fuente de la Reja, y 6 y 7 en la Plaza de la República, amenizada por la Banda de Música "El Progreso", reduciéndose a la mitad lo relativo a fuegos artíficiales y repartiéndose limosna de pan a los pobres (105) Por otra parte, en 1931, se denegó al Presidente de la Hermandad de Nuestra Patrona la Santísima Virgen de las Nieves el permiso para las procesiones de los días 3 y 6 de agosto, fundándose en el peligro de alteración del orden público, como ocurrió en la procesión del Corpus Christi anterior (106).
Esta idea de unas fiestas más populares y menos esplendorosas es de nuevo cambiada cuando la Corporación municipal vuelve a ser dominada por el grupo de Derechas en 1934, volviendo a tener su primitivo sentido e instalándose además "dos pabellones con sus adornos correspondientes, uno en la Plaza de la República y otro en la explanada de la Fuente de la Reja (107).
Durante la Guerra Civil estas fiestas fueron suprimidas, volviendo a reanudarse una vez acabada con las amenidades de costumbre, junto con las limosnas de pan a los pobres (108), tan apetecido en los años de la posguerra.
Otras fiestas celebradas en Pegalajar "desde tiempo inmemorial", que eran subvencionadas en parte con fondos municipales, eran las de Carnaval, Candelaria, Domingo de Ramos (109), el Corpus (110), San Gregorio (111). Esta última como tradición de un voto que el Concejo, Clero y Pueblo de Pegalajar hicieron a San Gregorio Nacianceno el día 27 del mes de abril de 1670, por considerar que en tiempos pasados les había librado de una plaga de langosta. Al parecer esta tradición se perdió en el tiempo, volviendo a surgir cuando esta periódica plaga volvía a amenzar la villa, como en 1847, 1863 y 1901 (112). Con algunas lagunas temporales se reanudó la tradición del culto a San Gregorio (113), que aún se conserva.
Otra fiesta que se celebraba "desde tiempo inmemorial" era la feria del Noalejo, 8 de septiembre; para festejarla, los que no se encontraban en las faenas agrícolas se marchaban a las huertas para disfrutar del campo (114).
A partir de 1931 empezó a celebrarse en el Pueblo la Fiesta Nacional del Trabajo del 1 de Mayo, para la que se contrataba la Banda de Música "El Progreso" (115), fiesta totalmente distinta a las anteriores, en la que el sentido de clase, de justicia social y de lucha obrera vienen a representar la creciente conciencia política del movimiento obrero en Pegalajar.
En todas las fiestas era fundamental la banda de música del pueblo. No sabemos cuándo se formó. La primera referencia que hemos encontrado data de 1854, cuando tras la revolución de tipo liberal progresista de ese año y para manifestar la alegría popular, la Banda tocó el Himno de Riego ante la multitud (116).
Desde finales del siglo XIX era costumbre que la Banda de Música amenizara las noches de los días festivos de julio, agosto, septiembre y octubre, de 9 a 12 de la noche en los paseos públicos, instalándose un alumbrado especial las noches que tocaba. Por entonces era dirigida por Gregorio Fernández Martos (117).
La Banda de Música también era requerida para las fiestas religiosas (procesiones del Corpus, Semana Santa,...); cívico-religiosas (fiestas de la Patrona) (118); o acontecimientos especiales, como los festejos para celebrar la coronación de Alfonso XIII (119), la venida del Obispo (120),...
A partir de 1920 la Banda desaparece, por lo que la Corporación ha de traerla de Baeza, Jaén (121), Ubeda (122), o de Granada (la del Regimiento Córdoba n. 10) (123).
En 1931, con la nueva Corporación Municipal republicana hay un relanzamiento de la música local. Se formaron dos bandas de música, las cuales eran contratadas para las fiestas del Pueblo (124). Una de ellas era la llamada "El Progreso", que se encargaba de amenizar entre otras la Fiesta Nacional del Trabajo del 1 de Mayo (125), la otra era la llamada "La Unión" (126). Ambas bandas eran conocidas popularmente como "La Vena" y "Los Calvos" debido a la juventud de unos y a la vejez de otros. El director de los Calvos era Juan Morales López. Entre los componentes de las dos bandas de música existían rencores.
El Ayuntamiento intentó organizar una única banda de música para hacer desaparecer las disputas entre los músicos de las diferentes bandas (127). Se intentó hacer un reglamento para formarla, encargándose de nombrar al Director (128). En noviembre de 1931, la Junta Directiva formada al efecto, era la siguiente:
Presidente: Ildefonso Garrido Herrera.
Secretario: Manuel Fernández Lucena.
Depositario: Pedro Jiménez Mengíbar.
Vocales: Antonio Morales Torres y Sebastián Lucena Liébana.
Esta Junta acordó la adquisición de 30 instrumentos por 1.342 pts. 24 ctmos., quedando facultada para nombrar maestro-director (129). Finalmente, no pudo organizarse la Banda por "incumplimiento por parte de los músicos de las condiciones establecidas", por lo que se desestimó la adquisición de los instrumentos que pensaban comprarse (130).
La llegada de la Guerra Civil supuso un duro golpe para la música local. A pesar de todo, el interés por la música continuó en auge y en 1937 hay un intento de creación de una Escuela Municipal de Música y Banda Municipal por Juan Antonio Chica Torres, maestro de música, y otros (131).
Después de la Guerra Civil, en 1940, el Ayuntamiento acordó reorganizarla (132), siendo el alma de la nueva Banda el Maestro Juan Antonio Chica Torres. Volvió a desaparecer cuando éste abandonó la población.
Mientras tanto, la Banda de Música de Baeza se encargó de amenizar las fiestas en Pegalajar (133).
En 1951, con la llegada del nuevo alcalde, Francisco Antonio Chica Torres, la localización de los festejos cambia de lugar. Se abandonan las plazas del Generalísimo y Campillejo en beneficio de la actual localización en la Calle de la Fuente y la "Explanada". Los fuegos artificiales son acuáticos a partir de estos años.
Por fin, en 1953, se formó una Banda de Música Municipal, a la que el Ayuntamiento "viendo que ha de contribuir grandemente a la educación del vecindario" subvencionó con 5.000 pts. para la compra de instrumentos, que serían propiedad del mismo (134). De esta Banda sería director el maestro nacional Alfonso Escamilla Roa (135), siendo más tarde director interino, Fidel Tejada García (136). Recibió la música de Pegalajar un nuevo impulso, de tal forma que, en 1960, entre los músicos y aspirantes existían las siguientes personas:
- Director 1
- Músicos de primera 150
- Músicos de segunda 120
- Músicos de tercera 90
- Educandos 45 (137)
Más tarde, la Banda vuelve a desaparecer, retornando en la pasada década de los ochenta para restaurar esa tradición de un pueblo amante de la música que nunca se ha resignado a perder su Banda de Música Municipal.
En cuanto a la vida de recreo, ésta giraba alrededor de los paseos del Pueblo, las tabernas y los casinos. En el siglo XIX y principios del XX, la Plaza de la Constitución, la Calle Baja Fuente y la Alameda de la Charca eran considerados como zonas de paseo de la población (138).
A mediados del siglo XIX, existía un casino frente al Pilar de Santa María, que más tarde fue suprimido (139). En 1880 existe constancia la existencia del Circulo de la Amistad, como se denominaba en aquella fecha al casino, que con uno u otro nombre perduró en el tiempo (140).
Ya entrado el siglo XX, la alameda de la Charca, que en un principio era zona de paseo, pasa a convertirse en una especie de basurero, donde se tiraba toda especie de desperdicios, debido al crecimiento de la población que ya había rebasado la Fuente de la Reja (141). El paseo predilecto seguía siendo la Plaza de la Constitución y la Calle Baja Fuente.
Los casinos existentes en esta época eran "El casino Viejo" y "El casino la Peña", situados ambos al comienzo de la Calle Baja Fuente, cerca de la Plaza de Santa María. En ellos se jugaba al Monte, Tute, Julepe y demás juegos de envite, siendo el dominó y el ajedrez juegos minoritarios.
La vida de recreo vino a enriquecerse con la creación de un teatro a finales de siglo, cuyo propietario, Juan Morales Cueva. Ofrecía sesiones de cinematógrafo y revista (142).
Estas actividades continuaron en las décadas siguientes con el Cine Morales, el Cinema España y el cine de verano de la Plaza de Toros (143).
A partir de 1950, con el arreglo de la Charca y sus alrededores, el paseo de la Alameda desplazó de una forma categórica a la Plaza de la Constitución, quedando ésta prácticamente olvidada para la vida de recreo y fiestas.
La Charca centralizó la vida de recreo de los pegalajareños, a través de diversas actividades como eran:
- Las audiciones musicales "dedicadas" por medio de un "picut" (tocadiscos) instalado al efecto por el Ayuntamiento en el parque nuevo y regentado por el jardinero Narciso "La Mona".
- Las barcas, que atraían a los vecinos y forasteros durante los meses de estío.
- Los conciertos de las bandas de música, que solían celebrarse los días festivos.
- Las actividades deportivas, como el piragüismo y la natación, cantera de deportistas pegalajareños que destacaban en los campeonatos provinciales, llegando algunos a ser nominados para los campeonatos nacionales.
Otros acontecimientos culturales de gran importancia son los Toros y el festival de Cante Flamenco.
La gran afición existente en Pegalajar hacia la fiesta taurina dio lugar en 1918 a la construcción, en un corralón próximo a la Charca, propiedad de Ángel Gómez, hoy de Miguel Navas, de una plaza portátil, colocada por Rodrigo Cordero Ruiz. Se lidió una novillada con picadores en la que toreó "Carrillo", un torero de Linares. Cuentan que durante la faena el toro se pegó a un burladero por toriles y muchos aficionados se avalanzaron hacia delante con la intención de ver mejor la faena, provocando el hundimiento de la plaza. Una mujer, María del Carmen Moreno Sánchez, quedó atrapada sobre los escombros, ofreciéndose un ciudadano de Mancha Real a protegerla para que no cayera al suelo tras el salto. La señora saltó, el manchego se apartó y ella se rompió una pierna.
Los habitantes de Mancha Real se burlaban de lo ocurrido y un grupo de pegalajareños, cansados de las burlas, decidieron edificar una plaza más consistente. Luis Chica Torres puso el terreno y la herrería, José Gómez Gámez, Francisco Valverde Pérez, Alfonso Medina Calatrava y otro, el material necesario y trabajadores.
La nueva plaza, con un aforo de 3.500 localidades, se inauguró el 7 de agosto de 1919 con la actuación de los toreros "Parejito" y "Osejito", que hicieron noche en la fonda que Francisco Gómez Espinosa tenía en la calle Carnicería.
Desde entonces se han venido celebrando múltiples y variados acontecimientos, como el "Empastre", la famosa "Gitana Rizos", el "Bombero Torero", becerradas, novilladas y corridas en las que han toreado entre otros: Enrique Torres en las fiestas patronales y Vicente Barrera durante las de Noalejo, en 1927. En años sucesivos lo hicieron Rodrigo García "Frasquito" de Pegalajar y José Guerrero "Guerrerito" de Mancha Real, Peñita, Justo Armenteros, Vigüi y Ordóñez de Jaén; dos hijos del matador Pepe Luis Vázquez padre, Juanito Tirado, Florentino Luque "El Niño del Neveral", Víctor Quesada, Paco Moreno, Paco Bautista, "El Niño de los Caracoles" de Málaga,...
Las puertas, burladero y barandas que adornaban y dividían la plaza fueron destruidas durante la Guerra Civil; el hierro, utilizado para hacer ganchas, la madera para calentarse; y la maroma del redondel, hecha varios trozos, para cortar los accesos al pueblo.
Otros diestros que actuaron en Pegalajar fueron: la pareja juvenil cordobesa Gabriel de la Haba "Zurito" y Agustín Castellanos "El Puri", Manuel Molina, Morenito de Jaén de Linares, Raúl Galindo, Carnicerito de Úbeda, Alfonso Romero... Además de Curro Cruz, Antonio Corbacho, José Rivera "Riverita", el rejoneador J. Ignacio González, el "Pireo", "Paquirri" de traje campero, Paco Alcalde, Lucio Sandín, Antonio José Galán, el "Mangui", Juan Bellido Chocolate...
Mención aparte merecen Juan Antonio Ruiz "Espartaco", José Fuentes y Antonio Chenel "Antoñete".
Todos estos festejos taurinos han quedado reflejados para la historia del toreo en revistas taurinas como "Dígame" y "El Ruedo", ya desaparecidas, y "Aplausos", que han dado y dan muestra de lo realizado en esta plaza (144).
En cuanto al Festival de Cante Flamenco, este tiene su origen en los veranos de los años sesenta. Pegalajar recibe una gran afluencia de visitantes al convertirse en un punto fundamental del veraneo de muchos jiennenses. El estanque, nombre con que se designa a la Charca, recibe sobre todo los domingos innumerables visitantes que se bañan en sus frias aguas. También se pasean por el pueblo y toman contacto con sus gentes.
Un grupo de jóvenes del pueblo se reúnen bajo una idea: el Flamenco. Visitan distintos lugares, realizan audiciones musicales de cantaores y guitarristas y deciden formalizar una "Peña flamenca". Serán veinticinco los socios que firmen los estatutos, colocando su sede en una casa del Callejón del Matadero, que fue trasladada posteriormente a la calle Calvario, 4. Amplían sus actividades, movidos por el Alcalde del momento, mediante la celebración de concursos de flamenco que cada vez tendrán mayor importancia y aceptación en la Plaza de Toros.
En 1969, el concurso es ganado por un hijo del pueblo, Paco Quesada Braceros, quedando en segundo lugar Antonio Civantos Alcántara de Torredelcampo. El segundo es ganado por Miguel Mariscal "El Niño de la Fuente", seguido de Paco Quesada. El tercero, 1971, es ganado por Manuel Gerena, seguido de María "La Marrurra" (Norteamericana), a la guitarra el "Payo" (guitarrista holandés).
Mientras tanto, se continuaba trabajando en la sombra, visitando concursos provinciales y regionales. A causa de los disturbios ocurridos en el concurso celebrado en Granada, con motivo del aniversario de Lorca, por las disputas a la hora de conceder el primer premio a Calixto Sánchez o a Diego Clavel y a las presiones en las entregas de premios, es el último concurso local, la Peña decide dejar este sistema y pasar al de Festival Flamenco. A partir de entonces se celebra ininterrumpidamente hasta la actualidad, además de cambiar, salvo en una ocasión, al recinto de la Charca, más atractivo al efecto.
Durante estos años han actuado cantaores y guitarristas de renombre nacional e internacional:
Cantaores Años
Tía Anica la "Periñaca" 1972-74
"La Perrata" 1972-82
Enrique Morente 1972-76-81
María Vargas 1972
Rafael Romero 1972
Diego Clavel 1972-80-82-84-86
Juanele de Jerez 1972
José Menese 1973-75-77-79-82-83-86
Camarón de la Isla 1973-75-77-78-83-85
Juan Peña "Lebrijano" 1973-74-76-77-78-82-84
Terremoto de Jerez 1973-74-77
Fernanda y Bernarda de Utrera 1973-78-86
Mari Carmen Linares 1973-84
La Paquera de Jerez 1974-81-85
Pansequito del Puerto 1974-75-87
Manuel Soto "El Sordera" 1974-81-85
El Turronero 1974-77-78-79-83-85
Chocolate 1975-78-80-86
Curro Malena 1975-78-83-84-85-87
Joselero de Morón 1975
Curro Mairena 1975-76
Curro Fernández 1975-76
Antonio Mairena 1976-79 (no asistió)
Martín Revuelo 1976
El Mono de Jerez 1976
Gómez de Jerez 1977
Rancapinos 1978-87
Boquerón 1978
Fosforito 1979-82-85
Manuel Mairena 1979-81-87
Chiquetete 1979
Chano Lobato 1979
Romerito de Jerez 1979
Juanito Villar 1980-86
Calixto Sánchez 1980-84
El Cabrero 1980-87
Carlos Cruz 1980
Rosario López 1980-81-83
Beni de Cádiz 1981
Miguel Vargas 1981
La Susi 1982
José el de la Tomasa 1983-84
Agujetas de Jerez 1986
Chaquetón 1986
Jiménez Rejano 1986
Aurora Vargas 1987
Niño Jorge 1987
Guitarristas Años
Perico el del Lunar 1972-75-81
Pedro Peña 1972-76-80-81-82
Diego el del Gastor 1973 (no acudió)
Manolo Brenes 1973-75-77-81-87
Paco Cepero 1973-74-75-77-78-79-80-83-84-85
Manuel "el Morao" 1974-81
Pedro Bacán 1974-78
Manolo Domínguez 1975-79
Parrilla de Jerez 1976-78-85
Manolo Amador 1976
Melchor de Marchena 1976
Paco Cortés 1977
Juan Habichuela 1979-80-84-87
Paco Cruz 1979-80
Enrique de Melchor 1982-84-86
José L. Postigo 1982-87
Tomatito 1983-85-86
El Poeta 1983
Niño de Pura 1986
A partir de 1974 se introduce una nueva faceta en los festivales: el Baile.
Al Baile Años
Manuela Carrasco 1974-75-76-78-80-85
El Farruco 1976
Enrique "el Cojo" 1976
Mario Maya 1977
Los Farrucos 1978-79
Antonio y su grupo 1979
Angelita y Bien Casao 1981-83-87
Pepa Montes 1981-84
Familia Fernández 1986
El nombre de Pegalajar y su festival de Arte Flamenco ha traspasado las fronteras provinciales y andaluzas llegando a tener la Peña Flamenca relación con numerosas peñas, incluso de Sudamérica. Actualmente se ha conseguido calar hondo en los pegalajareños, existiendo numerosos entendidos en los cantes que forma la cultura popular andaluza, si bien no con la amplitud deseada (145).