CAPITULO IV

1.- La Iglesia Local.

Durante los últimos años de la Edad Media y la primera mitad del siglo XVI, la institución eclesiástica de Pegalajar dependía de la diócesis y arciprestazgo de Jaén. En 1511 en Pegalajar existían dos ermitas, la de San Nicasio y la de Santa María, a ellas acudían los fieles movidos por la intensa devoción que profesaban al Santo o Virgen que albergaban (1).

También la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz, sobre cuyas ruinas de levantó la actual en la segunda mitad del siglo XVI con la misma advocación, obra de Alonso de Barba. Ya la primitiva iglesia tenía capillas de enterramiento familiares en las que los restos fúnebres de los individuos pertenecientes a la clase alta de la población eran depositados. Es el caso de Sebastián de Bustamante y Luisa de Cárdenas, que además se les solían ofrecer varios cientos de misas mayores en el altar "prebilexiado de la villa" (2).

Por otra parte, desde el siglo XVII nos encontramos con la existencia de varias cofradías religiosas, de las que algunas tendrían su origen en el siglo XVI. Son las cofradías de la Vera Cruz (3), del Señor Santiago (4), del Santísimo Sacramento (5), de las Animas (6) y de la Virgen de las Nieves. (7)

La Virgen de las Nieves tenía una ermita desde el siglo XVII, la anterior de Santa María, y sus bienes eran administrados por el mayordomo o prioste de la Cofradía (8), que solía ser el presbítero (9). En esta ermita o en la Iglesia Parroquial estaban situadas otras cofradías, como la de la Vera Cruz (10) y la de la Virgen del Rosario (11). También albergaba algunas otras imágenes, como la de la Virgen de los Dolores (12).

Durante el siglo XIX la Cofradía de la Virgen de las Nieves se renovó, volviéndose a formar con nuevos estatutos el 16 de junio de 1888 (13).

También existía otra ermita en el siglo XVII, era la del Señor San Marcos, a la que se dirigían en procesión desde la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz hombres y mujeres descalzos según el VOTO hecho a San Gregorio Nacianceno en 1670 (14).

La Iglesia como institución ejercía una gran influencia en la vida de la población, sobre todo a través del Santo Oficio o Inquisición, cuyo comisionado en la localidad era el Prior (15). La Inquisición era un Tribunal eclesiástico establecido para inquirir y castigar los delitos contra la fe, actuando en secreto y sus sentencias eran proclamadas en un auto de fe que efectuaban las autoridades civiles. La Inquisición en España fue establecida con carácter permanente por los Reyes Católicos en el siglo XV, suprimida por Napoleón en 1808 y abolida en 1813; resucitó en 1814 para ser de nuevo abolida en 1820 y sustituida en 1823 por un Tribunal de la Fe, independiente, que desapareció en 1834-35.

Durante la Edad Moderna, el estado eclesiástico de Pegalajar era numeroso comparado con el volumen de población de la Villa. En 1752 se componía de un Bachiller, un Cura, dos presbíteros, un Sacristán mayor y un Organista (16).

Las instituciones eclesiásticas poseían en Pegalajar una importante cantidad de tierras, siendo muchas de regadío. Entre otras instituciones eclesiásticas tenían heredades el Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Jaén, conventos de religiosos y religiosas, patronatos, cofradías, capellanías y otras causas pías (17). La desamortización eclesiástica de 1836-1845 supuso el traspaso de la mayor parte de estas tierras a manos de propietarios legos, normalmente acomodados, de tal forma que en 1845 sólo quedaban en Pegalajar, en tierras de regadío, bienes eclesiásticos pertenecientes a la Santa Capilla de Jaén, y en tierras de secano el Colegio de San Eufrasio y la Santa Catedral de Jaén (18).

A mediados del siglo XIX los edificios eclesiásticos en Pegalajar eran la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz, "cuyo curato es de término y lo sirve un prior, un cura teniente, un beneficiado, un capellán y varios sirvientes"; la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, "situada en la calle de su mismo nombre"; y otra ermita en la Cerradura, dedicada a la Santa Cruz (19). Más reciente es la ermita de la Virgen de Gracia, construida a finales del siglo XIX --anteriormente a su construcción existía una imagen ubicada sobre la Fuente de la Reja al menos desde mediados del siglo XVIII, cuando la vio Espinalt-- y la de la Cruz Alta, a principios del siglo XX. Esta última, ubicada en la Serrezuela, tuvo una existencia corta.

En cuanto a los gastos de culto y clero parroquial, tras la desamortización eclesiástica recaían sobre la población, gastos que eran muy variados. Desde diciembre de 1843 fueron los siguientes: (20)

Reales Maravedíes

Salario de los sochantres 1º y 2º 2.402 7

" sacristanes 1.599 17

" organistas 1.141 8

" entonador 82 17

" acólitos 220 -

Otros gastos 2.676 41

Total 8.120 90

A finales del siglo XIX el clero del pueblo se había reducido a un cura coadjutor y un cura párroco regente (21). Desde el Concordato de 1851, los sacerdotes recibían una asignación oficial por parte del Estado, comprometiéndose éste a mantener el clero, y la Iglesia, a aceptar las desamortizaciones de sus bienes realizadas entre 1836 y 1845. La nueva desamortización de 1855 supuso la ruptura momentánea de las relaciones Iglesia-Estado. La Iglesia, a lo largo de todo el siglo XIX y gran parte del XX, mantuvo de forma oficial una estrecha alianza con los sectores políticos conservadores, cuyos gobiernos necesitaban la influencia de la Iglesia sobre la población para su legitimación y ésta al Gobierno para el mantenimiento de su situación privilegiada sobre la educación, tribunales eclesiásticos, ayuda económica, oficialidad del catolicismo,...

Los cabildos municipales del siglo XIX y primeras décadas del XX, representados por individuos acomodados de la población, subvencionaban en parte las fiestas y las reparaciones de los edificios religiosos (22). La convivencia Iglesia-autoridades municipales no produjo ningún problema de relieve hasta que en 1931 los republicanos se hicieron con la mayoría en la Corporación. Uno de los primeros enfrentamientos fue la supresión de los toques de campanas por orden municipal desde las seis de la tarde hasta las ocho de la mañana, debido a las molestias que producían a los vecinos, y cuando se hicieran no debían superar el minuto, bajo la multa de 25 pts. (23)

Durante la Guerra Civil, las ceremonias religiosas fueron suprimidas. La identificación del clero con los nacionales y con las clases privilegiadas se tradujo en la persecución de éste y en hechos como el derribo de las campanas (24) y la destrucción de capillas, imágenes y altares de la Iglesia Parroquial (25) y de las ermitas (26).

Tras la Guerra Civil, las nuevas corporaciones municipales reanudaron sus subvenciones a la Iglesia local:

- En junio de 1942 se acordó participar con 13.000 pts. en la reconstrucción del templo parroquial (27).

- En octubre de 1942 se acordó contribuir con 1.500 pts. anuales como dotación de una beca para el mantenimiento del seminario (28).

- En febrero de 1943 se acordó participar con 65 pts. para la adquisición de las imágenes de Mater Dolorosa y San Juan Evangelista, así como solicitar al Gobierno una subvención para el arreglo de la ermita de la Virgen de las Nieves y su escultura, destruida durante la guerra (29).

- En agosto de 1944 hizo el Ayuntamiento un repartimiento vecinal para cubrir los débitos habidos en la reparación de la Iglesia Parroquial (30).

- En febrero de 1945 se estableció el impuesto de un céntimo por kilo de aceituna producida en el término para los gastos de las obras de reparación de la Iglesia y de la Ermita de la Virgen de Gracia (31).

- La iglesia volvió a ejercer una importante influencia sobre la población a través de su presencia en todos los acontecimientos de tipo social: la enseñanza, fiestas, inauguraciones, conmemoraciones, etc.; y su total identificación con el Gobierno existente. Esta postura ha venido cambiando a un ritmo semejante a como lo ha ido haciendo en el resto de España.