CAPITULO II LOS ACONTECIMIENTOS POLITICOS. La documentación de que disponemos de los acontecimientos de tipo político referentes a Pegalajar, como pueblo, datan de los siglos XIX y XX. Desde el 3 de junio de 1559, cuando Pegalajar abandona la tutela de Jaén y es declarada villa independiente mediante carta de privilegio real (1), hasta 1811 existe una laguna considerable que sólo a través de los hallazgos que se produzcan con el tiempo y de forma fortuita podrá ir desapareciendo. En 1811 España estaba ocupada militarmente por las tropas francesas. José I Bonaparte había sido declarado rey de España por Napoleón y dominaba todas las ciudades importantes de la Península, excepto Cádiz y Lisboa. En Jaén existía una guarnición francesa, desde donde el Prefecto, Manuel Echazarreta, mandaba a los pueblos de la provincia numerosas órdenes y exacciones: - Tributos que tenía que pagar el Ayuntamiento a costa del Pósito (48.431 reales) y los bienes de propios (12.555 reales) (2). - La entrega de armas de fuego (3). - La comunicación del ganado y granos existentes en el pueblo (4). - La imposición de 8 maravedíes en cada cabeza de ganado menor y 2 rs. por la de vacuno y yeguar para el mantenimiento de las tropas francesas en la provincia (5). - Entrega caballerías mayores y menores al ejército (6). - Envío de las contribuciones ordinarias (7). - Otros veinte mulos con aparejos y sogas (8). - Entrega de 100 rs. y 4 mrv. como " cupo que ha correspondido al pueblo por los muebles de la casa del comandante militar Ruques" (9). - Envío de las relaciones de casa y censos a la Administración de Hacienda para la exacción del diez por ciento exigida por el Real Decreto de 10 de noviembre de 1810 (10). - etc. Estas órdenes normalmente no eran cumplidas por el Ayuntamiento, por lo que el Comandante Militar de Jaén escribía a la Corporación lo siguiente:
Estas palabras no bastaron para que Pegalajar mandara a Jaén lo requerido, por lo que se amenazó con verificar las cobranzas militarmente (12). Todos estos apremios, unidos al odio del pueblo hacia los invasores hacían que muchos ciudadanos se rebelasen, como es el caso del regidor primero del Ayuntamiento de Pegalajar, Antonio Ruiz, el cual se unió a la partida de insurgentes al mando de Pedro del Alcalde, que el 22 de mayo entró en Pegalajar, llevándose los padrones de repartimiento de contribución y el dinero existente en el Ayuntamiento para el pago de las exacciones y tributos ordenados (13). Cuando en septiembre de 1813 las tropas españolas recuperaron el control de la provincia, Pegalajar hubo de contribuir de nuevo con suministros al ejército español, en un principio con 60 fanegas de cebada, 300 arrobas de paja, 100 libras de carne y 20 arrobas de aceite (14). La guerra supuso un duro golpe para la economía de la población. Lo que volvió a repetirse en 1838, con el pago de 109.300 rs. 35 mrv. como contribución de guerra en el primer conflicto carlista (15). El siguiente acontecimiento político del que tenemos información es la Revolución de 1854, que fue de tipo liberal progresista, una alternativa a la corrupción del partido liberal moderado. Alternativa que supuso las bases para una futura transformación económica de la Nación, como fue la desamortización de los bienes de "manos muertas", la Ley bancaria y la ley de ferrocarriles; pero distaba mucho de intentar transformar la realidad social y política del país. La prohibición que suponía para la clase obrera la participación en las elecciones generales y el acceso a los cargos políticos y sociales locales, junto con la dificultad que encontraba ésta en el acceso a la propiedad de las tierras desamortizadas, fue la expresión de un movimiento burgués, que utilizó al incipiente movimiento obrero para expulsar del Gobierno a la alta burguesía y a la nueva aristocracia, pero que no quiso compartir ningún beneficio con las clases bajas. En los años anteriores a la Revolución de 1554 se fueron gestando las causas que provocaron este movimiento. La corrupción de la camarilla de la reina Isabel II motivó la oposición de un sector dentro del partido moderado, mientras el comercio pasaba por una terrible depresión y subían los precios de las subsistencias. Además la situación de bancarrota llevaba al Gobierno a la búsqueda de impuestos extraordinarios. Todas estas circunstancias dieron lugar al levantamiento de O'Donnell y otros generales como Serrano y Dulce. Después de un primer enfrentamiento con el ministro de la Guerra, general Blaser, en Vicálvaro, las tropas de O'Donnell se dirigieron hacia el Sur, perseguidos por el general Blaser. Para ganarse la ayuda de los progresistas, O'Donnell, ordenó al joven Cánovas del Castillo elaborar el manifiesto de Manzanares, en el que los rebeldes se pronunciaban a favor de una serie de reformas, donde se incluían la reducción de impuestos y terminaba con la restauración de la milicia e invitaba a la Nación a expresar su voluntad libremente por medio de las juntas y las Cortes. O'Donnell en su huida hacia el Sur llegó a Jaén el día 13 de junio de 1554 (16). Cuando llegan a Pegalajar las noticias de la llegada de O'Donnell a Jaén, la Corporación municipal "teniendo presente la posibilidad de que se aproximen algunas tropas con motivo de la sublevación militar ocurrida en las inmediaciones de la Corte, y sea necesario con este motivo prestar algún servicio por este vecindario para expeditarlos", acordó nombrar al primer teniente de alcalde y al regidor sindico, Jimeno y Pérez, para que entiendan en el de bagajes, y al segundo teniente y un regidor, Garrido y Chica, para los alojamientos y raciones (17). Pero el 14 de Julio las tropas de O'Donnell tuvieron que abandonar precipitadamente la capital, ante la proximidad del ejército perseguidor (18). Tras el manifiesto de Manzanares los progresistas comenzaron a levantarse en armas. Barcelona fue la primera ciudad que lo hizo, el día 14 de julio, Valencia el 16. En Valladolid el día 15 se pronunciaron las tropas y el día 17 la guarnición de San Sebastián. También el día 17 dimitió el Gobierno del Conde de San Luis, siendo sustituido por el General Fernández de Córdoba, mientras el pueblo de Madrid se alzaba en armas. Habían comenzado a surgir las juntas locales en toda España (19). La Reina, asustada por los acontecimientos, llamó al líder del progresismo, Espartero, para formar Gobierno. En Jaén, el día 20 de julio se constituyó la Junta provincial de Gobierno, iniciándose así el movimiento revolucionario, que fue favorecido por la actitud del Gobernador Militar Ignacio de Chinchilla, quien desde un principio colaboró con la Junta. Esta le dio su vicepresidencia. Se produjo la proclamación de la Constitución de 1837, la formación de la Milicia Nacional, la constitución de nuevos ayuntamientos, la abolición de los derechos de puertas y consumos, la rebaja del precio de la sal y del tabaco, etc (20). Cuando a Pegalajar llegaron las primeras noticias de la formación de la Junta en Jaén, los progresistas de la localidad se hicieron con el Ayuntamiento:
La Corporación municipal se unió a los progresistas y:
La importante participación humana en los acontecimientos de Julio de 1854 en Pegalajar no es de extrañar dado el gran número de pequeños propietarios que existía ya en esta época, los cuales formaban una pequeña burguesía agraria, que era la base del progresismo. Esta no se diferenciaba mucho de los jornaleros, que también debieron participar en los acontecimientos, pues por su secular explotación veían en la revolución la puerta de acceso a la tierra y a los derechos políticos. El día 23 de julio, obedeciendo las ordenes de la Junta de Gobierno de Jaén, la cual se había declarado de carácter provincial, se proclamó la Constitución de 1837, constituyéndose la Milicia Nacional y procediéndose a la elección de un nuevo Ayuntamiento el domingo día 30 de julio, "atemperándose a las disposiciones marcadas por la Ley de 3 de febrero de 1823" (22). También se suprimieron los impuestos de consumos (23), los más odiados por el pueblo, pues gravaban los artículos de primera necesidad. En agosto se procedió a la normalización de la vida política. El nuevo Gobernador Civil llegó a Jaén y la Junta quedó disuelta, siendo suspendidas algunas disposiciones de ésta, como la rebaja del precio de la sal y la anulación de la supresión de los derechos de consumos (24). Durante este Bienio Progresista la crisis que arrastraba el país se fue agravando: crisis agrícola, subida del pan, enfrentamiento Iglesia-Gobierno por la desamortización eclesiástica, incremento de los impuestos... Esto hizo que O'Donnell se fuera apartando de Espartero junto con los elementos más conservadores. Una crisis de Gobierno motivó la dimisión de Espartero y la Reina llamó a O'Donnell para formar uno nuevo. Al conocerse la noticia la Milicia Nacional de Madrid se levantó contra el nuevo Gobierno. En Pegalajar la Milicia Nacional también se levantó en armas, obedeciendo a la Junta, al mando de los tenientes Juan Herrera y José Gómez (25), pero el ejército derrotó a las milicias en Madrid y uno tras otro fueron rindiéndose todas las poblaciones que se habían levantado en armas; Jaén lo hizo el 25 de julio de 1856 y más tarde Pegalajar (26). El día 10 de agosto fue disuelta en Pegalajar la Corporación progresista y nombrada otra moderada (27). Más tarde, en noviembre, se concedió amnistía a todos los implicados en los sucesos de julio (28). El siguiente acontecimiento a destacar fue el viaje que la Reina Isabel II hizo en 1862 por la región. Teniendo noticia el Ayuntamiento "del viaje a Andalucía de la Reina, de visitar la capital y de recorrer la carretera de Madrid a Granada, la cual cruza este término, se acordó formar una comisión para proponer los festejos y gastos que ha de ocasionar el recibimiento"(29). La comisión expresó la conveniencia de que en el punto denominado Molino de Atocha se construyera una galería formada con arcos de ramaje y "en el pórtico representar la conquista de este pueblo por el Santo Rey Fernando, en tiempo en que expulsó a los árabes, llevando sobre sus muros los castillos, copia de los que se conservan, con una inscripción relativa al objeto, sobre ella y en el centro un escudo de armas reales y todo adornado de banderas españolas". Lo que acordó la Corporación (30). Todos estos gastos ascendieron a 2.377 rs "(31). El acontecimiento del paso de la Reina el día 9 de octubre de 1862, siendo alcalde Francisco Javier de Vílchez (32), lo recoge detalladamente el libro de actas:
En recuerdo de este hecho se adquirió una medalla conmemorativa. Otro acontecimiento de carácter político fue la Revolución de 1868. Las causas de este hecho se arrastraban desde 1866, cuando la crisis económica afectó de forma especial a la agricultura con la subida de los precios del trigo y agravada por las malas cosechas de 1867. El paro y el hambre aumentaron en la provincia de Jaén. El pan experimentó una subida espectacular: el pan de 700 gr. pasó de 97,5 ctmos. a 154 (35). A la sequía, malas cosechas, crisis de subsistencias, paro, hambre,... se unió la crisis del sistema político. La noche de San Daniel, la represión del motín de San Gil, el Pacto de Ostende y la corrupción interna habían debilitado la imagen pública de la monarquía y el sistema vigente (36). Tras el alzamiento de Cádiz y el episodio bélico de la batalla de Alcolea, donde el 28 de septiembre de 1868 fueron derrotadas las tropas de la Reina, en el país vino a proliferar de nuevo el fenómeno del "juntismo". El 30 de septiembre, en Pegalajar, se constituyó una Junta de Gobierno nombrada "por este vecindario en el pronunciamiento que el mismo verificó". El día 1 de octubre fue sustituida la anterior Corporación y nombrada otra formada por hombres de ideología progresista: Juan María de Siles (alcalde primero, presidente), Antonio Ortiz (alcalde segundo), Antonio Ruiz Torres, Martín Ruiz Herrera, Francisco de Paula Espinosa, Antonio León Aranda, José Valverde, Antonio Cruz Fernández y Gaspar Cabanillas (regidores) (37). Muchos de ellos ya habían colaborado en la Revolución de 1854. Las juntas vienen a llenar el vacío de poder que se produjo tras la Revolución. Uno de los primeros pasos de la Junta de Pegalajar fue formar un alistamiento en el municipio "convocando al vecindario para que se afilie a la fuerza ciudadana que la misma ordena crear con el titulo de voluntarios de la Libertad y puedan dentro de esta jurisdicción sostener el orden, hacer respetar la propiedad y oponerse a las maquinaciones de los que con cualquier pretexto intentan menoscabar los derechos que el pueblo ha adquirido en su glorioso alzamiento"(38). Cuando la nueva situación revolucionaria se consolidó, el Gobierno provisional del Reino ordenó la disolución de las juntas, por lo que el día 26 de octubre la de Pegalajar acordó disolverse "debido al cese de las circunstancias extraordinarias que la creara" (39). En 1869 se acordó asistir a los actos de la promulgación de la Constitución de ese año en Jaén, constitución en que se consagra el Sufragio Universal, la libertad de asociación, de reunión y una serie de derechos individuales, división de poderes, definiendo la forma de Estado como monárquica (40). En Pegalajar se celebró con una fiesta en la que se gastaron 500 rs. en diez fanegas de trigo para hacer pan y distribuirlo entre los vecinos pobres de la población (41). El republicanismo provincial protagonizó en el otoño de 1869 un movimiento insurreccional que obligó a la autoridad militar a proclamar el estado de guerra en toda la provincia. Se produjo con motivo de los oscuros y turbios sucesos ocurridos en septiembre en Tarragona, que dieron ocasión al Gobierno para desmantelar y perseguir al naciente republicanismo. En Jaén los hechos sólo tuvieron eco en la cuenca minera. Los republicanos de Linares proclamaron la República y en La Carolina se levantaron barricadas"(42). En Pegalajar estos hechos provocaron la alarma en la población y se adoptaron precauciones para prevenir y resistir cualquier invasión armada, pues en este pueblo no había personas de ideas republicanas (43). Las ideas monárquicas continuaron fuertemente enraizadas en Pegalajar hasta la segunda década del siglo XX. Cuando la coronación de Alfonso XIII en 1902, el Alcalde se trasladó a Madrid para asistir a los actos, mientras en el pueblo se celebraba la mayoría de edad del Rey engalanando las Casas Consistoriales, celebrando un Te Deum y una velada musical en la Plaza (44). El republicanismo empezó a calar en Pegalajar hondamente de manos de los primeros socialistas, que desde principios de siglo influyeron en la clase obrera. En 1914 ya existía la Sociedad Obrera "La Unión Agrícola" que tenía su sede en la calle Tercias, n 14. Estas sociedades, que proliferaron por Andalucía, eran centros obreros que cuando se constituían en una localidad se regían por un reglamento; se hacían con un local, propio o arrendado, donde estaba prohibido realizar el juego. Una nota de las sociedades obreras, más de las anarquistas que de las socialistas, era la escuela, ya que consideraban la ignorancia fuente de todo mal (45). La Sociedad Obrera de Pegalajar constituyó una escuela nocturna donde se aplicaba la enseñanza básica y se difundía la ideología socialista; lo que provocó un enfrentamiento con la Corporación municipal y su junta local de primera enseñanza, para quienes el hecho de sustituir el catecismo cristiano por la enseñanza del socialismo era un terrible delito (46). Desde esta época a la 2 República poco hay que resaltar en cuanto a los hechos políticos en Pegalajar. Si acaso la intervención de la Guardia Civil el 2 de octubre de 1923 destituyendo a la Corporación municipal por orden de Miguel Primo de Rivera, presidente del Directorio Militar, que acababa de dar un golpe de Estado, sustituyéndola por una nueva presidida por Manuel Ruiz Aranda (47). Las corporaciones municipales de la Dictadura rendían homenaje a Miguel Primo de Rivera, al que consideraban "la regeneración de España en el orden político y administrativo y la paz honrosa en el territorio africano" (48), y al Rey. Mientras tanto, a nivel popular el republicanismo va tomando fuerza. A ello ayudaba la difícil situación económica. La identificación del Rey con la Dictadura hizo que muchos monárquicos se pasaran al bando republicano. La fuerza del republicanismo se acrecentó aún más con la colaboración de un sector importante de intelectuales y parte del Ejército. El éxito de los republicanos en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dio lugar a la caída de la monarquía. El 15 de abril se recibía en Pegalajar una orden del Gobierno Civil para que el Alcalde, Juan Morales López, entregase el Ayuntamiento a la comisión formada por los concejales republicanos y socialistas elegidos el 12 de abril (49). Durante 1931 hubo una sucesión de alcaldes: Pascual López Cruz, Antonio Ortega, Gaspar Espinosa y Antonio Morales Torres. Se cambiaron los nombres de algunas calles de la población: Nombre en la Monarquía Nombre en la república Plaza de la Constitución Plaza de la República Calle Real C/ Pi y Margall Pl. Primo de Rivera Pl. Galán y Carcía Hernández Pl. Campillejo Pl. del 14 de abril C/ Llana C/ Francisco Ramírez C/ Santa María C/ Nicolás Salmerón C/ Baja Fuente Avda. Pablo Iglesias C/ San Antonio C/ Indalecio Prieto C/ Laguna C/ de la Libertad C/ Alta Fuente C/ 1º de Mayo C/ Alta C/ Jerónimo Bugeda C/ Calvario C/ Carlos Marx C/ Cocheras C/ Fernando de los Ríos C/ Cruz C/ Mariana Pineda C/ Santa Ana C/ Andrés Saborit (50) Otras medidas del nuevo Ayuntamiento republicano fueron la compra de l6'5 metros de satén morado para el arreglo de la bandera nacional, ahora tricolor (51), y la celebración por todo lo alto del primer 1º de Mayo republicano, para lo que se contrató la banda de música "El Progreso" de la localidad (52). Durante la República los principales partidos políticos existentes en Pegalajar eran el Socialista y el Agrario, los cuales sostenían duros enfrentamientos en las sesiones municipales, que se irían radicalizando. A partir de 1934 estos dos grupos, bien definidos en la Corporación, estaban representados por Gaspar Espinosa Torres, Luis Lechuga Medina, Ildefonso Garrido, Antonio Morales Torres, Pedro Jiménez Mengibar, Antonio Merino Espinosa y Antonio Ortega Valenzuela (socialistas); y por los agrarios Angel Cordero Torres, Luis Pérez Gámez, Juan García Castro y Gaspar León Jimeno. Los socialistas en 1932 establecieron su sede en la Calle Baja Fuente, n: 79 (53). La huelga general de junio de 1934 supuso una radicalización más acusada de las posturas políticas, debido sobre todo a la expulsión de los funcionarios municipales que participaron en ella (54), y al boicot a los socialistas en el gobierno municipal. La Guerra Civil vino a recrudecer las tensiones político-sociales en la localidad. Se formó un comité local del Frente Popular que en noviembre de 1936 estaba formado por las siguientes personas: - Por los comunistas: Antonio Galiano Espinosa y Agustín Valenzuela Almagro. - Por los socialistas: Andrés Rentero Carrascosa, Pedro Jiménez Mengíbar y Juan Jimeno Jiménez (suplente). - Por las Juventudes Unificadas: Juan Bonoso Mengíbar y Juan Carrascosa Yeguas. - Por la Sociedad de Agricultores: Antonio García Ortega y Pedro Carrascosa Generoso - Cargos: - Presidente: Gaspar Espinosa Torres. - Vicepresidente: Pedro Jiménez Mengíbar. - Secretario: Andrés Rentero Carrascosa. - Tesorero: Juan Bonoso Mengíbar. La Unión Republicana e Izquierda Republicana no tenían representación local, porque sus miembros abandonaron el Frente el mes de agosto (55). Eran partidos pequeños a nivel municipal, representados por Manuel Fernández Lucena y Francisco Ramírez Aranda (56). El Comité Local fue renovándose frecuentemente, acusándose un desplazamiento del anterior líder del P.S.O.E. y de la U.G.T. local, Gaspar Espinosa Torres, que ese mismo año de 1936, tiene que abandonar la alcaldía y la presidencia del Comité Local del Frente Popular. La presidencia del Comité pasó sucesivamente a Ildefonso Cordero Gámez, Plácido Ruiz Garrido y Pedro Carrasco Generoso (57). Es notoria la división interna del socialismo local, que a lo largo del período de la Guerra Civil se iría acentuando. En 1936, en plena guerra, se creó el Comité Agrícola local del Frente Popular, "formado por cuatro miembros elegidos por el Ayuntamiento y el Comité político de dicho Frente, en unión conjunta de vecinos competentes en agricultura y de probado amor al régimen" (58). Este Comité se encargaba de incautar las fincas de los desafectos al régimen, como Lucas Gómez Gámez, Joaquín Carrasco Vinuesa, Juan María Gómez Gámez y Ramón Medina Castillo. Otra de sus tareas era denunciar aquellas tierras mal labradas, ordenando a sus "propietarios o tenedores de parcelas repartidas" la realización de las labores pertinentes (59). Por otra parte, los refugiados políticos, producto de la guerra, eran atendidos por el Comité Local de Refugiados. Al principio de 1937 llegaron 51, procedentes en su mayor parte de Alcalá la Real, Alcolea, Arjona, Porcuna y Montilla. De éstos, 24 pertenecían a la U.G.T., 8 socialistas, uno a la C.N.T., uno comunista y uno de Izquierda Republicana. Más tarde la lista se fue ampliando y en junio de 1937 eran 128. Estos refugiados eran integrados en las labores agrícolas (60). Durante la Guerra Civil las venganzas personales se llevaron a cabo con frecuencia a pesar de la prohibición expresa de las autoridades provinciales (61). La presión sobre personas, con antecedentes reales o supuestos, de derechas era constante y se manifestaba de diversas formas: cuando se producía alguna deserción era corriente solicitar el castigo de los padres (62); quienes quisieran tener un aparato de radio debían poseer un certificado de afección al régimen (63); se recababan nombres de supuestos individuos peligrosos (64); etc. Después de la pérdida de Cataluña para muchos la guerra estaba perdida. En Madrid se sublevó el coronel Casado, partidario de negociaciones de Paz, con el apoyo socialista. La resistencia de los comunistas, fieles al Gobierno de Negrín, motivó una pequeña guerra civil dentro de la Guerra Civil; los comunistas en Madrid fueron derrotados por la ayuda que los anarquistas brindaron a los socialistas. Tras el conocimiento de estos hechos en Pegalajar, se acordó dar de baja al consejero comunista (65). Al poco tiempo se derrumbó el frente y la Guerra Civil llegó a su fin. Las venganzas personales y las detenciones volvieron a realizarse, esta vez por el otro bando. En agosto de 1939 existían 116 individuos presos en el antiguo cuartel de la Guardia Civil (66). Tras la guerra los tribunales formados por los miembros del Ejército, de la Judicatura y de Falange fueron instaurados por la Ley de responsabilidades políticas de febrero de 1939. Estos se encargaron de la represión de los vencidos. En 1940 se dictó además una ley de represión de la masonería y del comunismo. En marzo de 1941 se dictó la ley de seguridad del Estado y en diciembre de 1944 y julio de 1945 se completó el panorama de las disposiciones, en defensa del mismo, con la reforma del Código Penal y la regulación de la Justicia Militar, la represión se tradujo en 100.000 ejecutados tras la guerra (67). Las calles volvieron a cambiar sus nombres:
Nombre en la República Nombre en la Dictadura Plaza de la República Plaza del Generalísimo Pl. Galán y García Hernández Pl J.A. Primo de Rivera Pl. de la Fuente Pl. General Mola Pl. 14 de abril Pl. de los Mártires Av. Pablo Iglesias C/ José Calvo Sotelo C/ Pi y Margall C/ General Sanjurjo Pl. de la Libertad Pl. de España Libre C/ de Fco. Ramírez Cueva C/ Capitán Cortés (68) Durante la Dictadura las actividades políticas en la localidad eran ejercidas por el Frente de Juventudes, para el que en 1952 se construyó un Hogar Rural cerca de la Charca (69), o bien se manifestaban a través de las elecciones de procuradores a las Cortes franquistas. Tras la vuelta de la democracia con la legalización de los partidos políticos, se celebraron elecciones municipales de 1979. Las corrientes políticas estaban representadas en el ayuntamiento de Pegalajar por la Unión de Centro Democrático (U.C.D.), el Partido Socialista Obrero Español (P.S.O.E.), el Partido del Trabajo (P.T.E.) y el Partido Comunista (P.C.E.). La coalición de izquierdas gobernó el Ayuntamiento y, tras retirar la placa alusiva al anterior Jefe del Estado del salón de actos, a comienzos de 1980 fueron cambiados los nombres de las calles que recordaban al anterior régimen:
Nombre en la Dictadura Nombre en la Democracia Plaza de José Antonio Plaza del Pueblo Plaza del Generalísimo Plaza de la Constitución Joaquín Carrasco Los Rosales Francisco Oviedo Andalucía Calvo Sotelo Baja Fuente Capitán Cortés Llana General Sanjurgo Real Juan Morales Vicente Aleixandre Sebastián Jurado Blas Infante (70) Una década después, el panorama político había cambiado bastante. La U.C.D. y el P.T.E. habían desaparecido, el P.C.E. se integró en la corriente de Izquierda Unida (I.U.), había surgido con fuerza el Partido Popular (P.P.), y sólo el P.S.O.E. permanece en el panorama político pegalejeño sin cambio de siglas. |