Pueblo (Plaza del).
Desde siempre ha sido conocida como "El Cementerio". Quizás porque existiese éste desde tiempos medievales, ya que hasta el siglo XVI no comenzó a extenderse el casco urbano más allá del barranco Villajos, que flanqueaba parte del castillo, una defensa natural casi inexpugnable por esta zona. La existencia también de una ermita dedicada a ta María, conocida desde 1511, haría de campilla del camposanto. Por otra parte, era el lugar más adecuado al estar situado al Este de la población, en sentido contrario a los predominantes vientos del Oeste.
Cuando en la segunda mitad del XVI el crecimiento poblacional empuja a la red urbana hacia el Este, las casas comenzaron a sobrepasar el cementerio, que se vuelve pequeño y desaparece. Nace entonces un espacio abierto que en principio no es definido como plaza, sino como calle "Ciminterio" o el comienzo de la calle de las Tercias y, más tarde, de la Baja Fuente; hasta que a mediados del XIX se le conoce ya como Plaza de Santa María, pues poco a poco se va convirtiendo en el centro geográfico del pueblo. La ermita de Santa María de las Nieves, patrona de Pegalajar, le dio un significado religioso que no tenía ninguna otra plaza. Pronto se hizo también centro de reunión matinal de agricultores y jornaleros, donde unos contrataban a otros para las labores agrícolas, desplazando de esta función a la plaza de la Constitución.
La función de recreo venía dada en la plaza de Santa María no sólo por ser lugar frecuentado de reunión y conversación de los vecinos, sino también por la presencia desde mediados del XIX del casino, que no faltará -bien en ella o en sus proximidades- desde entonces hasta finales de la década de 1970, cuando desapareció el último. Como ornato de dicha plaza, además de buscar la funcionalidad para la población del entorno, se construyó, probablemente en el siglo XVIII, un pilar de agua aprovechando el paso de la conducción que la llevaba de la Fuente de la Reja al pilar de la Laguna.
Esta ubicación céntrica, hizo que en las calles cercanas floreciera el comercio, se construyera la central telefónica y un teatro, además de otras actividades recreativas, y las conmemoraciones del Día de los Caídos durante el franquismo. Aún hoy se puede observar una placa de piedra dedicada a los que murieron en la Guerra Civil por el bando triunfador. Durante las fiestas patronales, al ser el lugar de salida en procesión de la Virgen de las Nieves, tiene lugar en ella la mayor concentración humana que anualmente se da en Pegalajar. Como en otros pueblos, Pegalajar está íntimamente unido a su patrona. Su ermita puede proceder de tiempos medievales, pues aparece en la relación de ermitas de la diócesis de las constituciones sinodales del obispado de Jaén de 1511, junto con la desaparecida ermita de San Nicasio, santo intercesor frente a la peste. Pronto contó con una cofradía que organizó el culto a su imagen y elaboró unos estatutos, los últimos llegados hasta nosotros son del año 1888. La actual imagen, que sustituyó a la destruida en la Guerra Civil, fue donada por Lucas León, Emilio Uceda Medina, Antonio Cordero, Ángel Chica Pérez y Pedro Hermoso Molina, como consecuencia de una promesa hecha siendo presos políticos durante la Guerra.
Su primitivo nombre de Santa María fue modificado en 1923, con motivo de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, por lo que pasó a denominarse con el nombre del dictador. En 1931, con la llegada de la República pasó a denominarse Plaza de Galán y García Hernández, en memoria de los militares que habían sido fusilados tras intentar un levantamiento republicano contra la monarquía en 1930. Ocho años después, en 1939, con el fin de la Guerra Civil, tomó el nombre de José Antonio Primo de Rivera, en memoria póstuma del fundador de la Falange, erigiéndose una placa en su honor y en el de los caídos pegalajeños del bando vencedor. Finalmente, en 1980, el nuevo ayuntamiento democrático la incluyó entre aquellas calles que debían cambiar el nombre y pasó a denominarse Plaza del Pueblo, denominación acorde con la nueva era democrática y el nuevo Ayuntamiento de izquierdas. Aunque popularmente siempre se la ha denominado el Cementerio.