Llana.

En Pegalajar, por su topografía, pocas calles son las que presentan un trayecto llano, de ahí que esta anormalidad fuese recogida en nombre probablemente desde el nacimiento de esta calle, a finales del siglo XVI. Con esta denominación permaneció a lo largo del tiempo, hasta que con el advenimiento de la II República, en 1931, se incluyó en el grupo de calles que debió cambiar de nombre para introducir otros que simbolizaran la nueva España republicana. Entonces, se llamó a ésta Francisco Ramírez Cueva, homenaje póstumo a un histórico del republicanismo local que murió en 1922. Hasta hace poco, una lápida con el símbolo de la justicia y una frase alusiva a ésta como ideario del fenecido estuvo situada en su nicho del cementerio. Con su desaparición se ha borrado allí su memoria, pero no así en la historia local, pues Francisco Ramírez Cueva fue el primer hijo de Pegalajar que tuvo una calle en su pueblo.

Apenas ocho años le estuvo dedicada esta calle, pues el triunfo del franquismo en la Guerra Civil supuso en 1939 el cambio de todas aquellas que recordaran la República, por lo que pasó a denominarse Capitán Cortes, en memoria de Santiago Cortés González (1897-1937), capitán de la Guardia Civil, que defendió el Santuario de la Virgen de la Cabeza durante ocho meses, hasta que cayó gravemente herido, siendo hecho prisionero y muriendo pocos días después.

La llegada de la democracia vino a cerrar heridas, volviendo a reponer la corporación local el 27 de marzo de 1980 los nombres tradicionales en muchas de las calles, por lo que de nuevo se le denominó Llana, nombre que en realidad no se perdió nunca, al ser llamada así popularmente por los vecinos.

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