Baja Fuente.
Es sin duda la calle más larga del pueblo. Forma parte de la carretera local y antigua vereda real, y constituye la calle maestra, vertebradora del núcleo urbano. Se inicia en la Plaza del Pueblo y termina más allá de la fuente de la Reja.
El nacimiento de esta calle hay que situarlo en la segunda mitad del siglo XVI, debido al fuerte crecimiento demográfico que empieza a registrarse en estos años y empuja a la red urbana al Este del cerro del castillo, superando el barranco Villajos, cerca de la ermita de Santa María de las Nieves l antiguo cementerio, que terminará desapareciendo. Pero es en la segunda mitad del siglo XVIII cuando las necesidades de espacio, producidas por el aumento de la población, hacen necesario el crecimiento del casco urbano.
El nombre de Baja Fuente se debe a que ésta seguía el viejo camino real que de la antigua villa llevaba a la fuente de la Reja, bordeando el cerro del castillo por el Sur y por la parte más baja de la población. Otro camino, más alto, era el que bordeaba el cerro del castillo por el Norte en la misma dirección, denominándose Alta Fuente. A mediados del siglo XVIII, el inicio de la calle Baja Fuente se llamaba Cementerio -en la zona frente a la ermita- y calle Tercia -en el trayecto contiguo.
En un principio, esta calle no debió extenderse mucho más allá de la ermita de la Virgen de las Nieves, aunque aparecen a mediados del siglo XVIII algunas casas aisladas en el antiguo camino con el nombre de calle de la Fuente. Será en el último tercio del siglo XIX cuando las casas lleguen a la misma fuente de la Reja e incluso la sobrepasen, invadiendo algunos de los terrenos municipales del ejido de la Presa. Algunas de las construcciones que formaban la calle eran cuadras o corrales de ganado, construidas normalmente junto a las casas de los propietarios.
Por su proximidad a la Plaza del Pueblo, parte de la cual ocupa, la calle ha participado en la vida de ocio que surgió alrededor de la misma. A mediados del siglo XIX existía un casino, único de la población, situado frente al pilar de Santa María que, con ligeras modificaciones, se ha mantenido en esta zona hasta hace pocos años. En la primera mitad de este siglo, cuando el casino se encontraba en la casa marcada actualmente con el nº 20, el 28 de octubre de 1908, a los sesenta años de edad, perdió la vida un temido individuo llamado Nicolás Gómez Fonseca, conocido como "La Vela", individuo del que cuentan los viejos del pueblo que tenía atemorizado a todo el mundo, incluso la Guardia Civil, y que mató a varias personas, entre ellas a su mujer, a la que enterró en el hueco de las escaleras, por lo que estuvo encarcelado bastantes años, sin que le sirviese de corrección, pues sus cabras siguieron pastando en medio de las huertas sin que nadie se atreviera a denunciarle y cuando llegaba al casino intimidaba a los socios para que le prestaran dinero que nunca devolvía, vejando a algunos de ellos o "mandándolos a dormir" en público a sus casas. Por fin, el arrendador del casino, David Gámez disparó contra él aquel día cuando era perseguido por La Vela alrededor de la mesa de billar, por haberse negado a prestarle un duro.
En las cuadras situadas bajo este casino pernoctó tiempo después, a mediados de la década de los cincuenta, el premio Nobel Camilo José Cela. Así lo recoge en su libro "Primer viaje andaluz. Notas de un vagabundaje". Buscando dónde dormir llegó hasta "una cuadra vacía y bastante limpia cuya puerta le abre su amo, Pedro Garrido, el del bar, que es hombre socorredor"; y a poco de caer la noche "se tumbó a dormir, con el morral por almohada y envuelto en su capote; en la cuadra de Pedro Garrido, se estaba bien y caliente".
Esta calle tiene una larga tradición de molinos de aceite. Casi en la frontal del casino, lugar donde hoy está ubicada la Caja de Ahorros de Granada, estuvo el molino aceitero de "don Julián", de tracción animal, como el que estaba situado unas casas más abajo, haciendo esquina con la calle Cocheras, conocido como el de la "Niña Isabel". Otro molino del mismo tipo, el de "Antonio Chica", se encontraba frente a la ermita de la Virgen de las Nieves, detrás de las casas, al cual se entraba por una puerta existente entre las dos primeras de la calle; seguramente fuese éste el molino que se cita a mediados del siglo XVIII, frente a la "callejuela que sale del Campillejo".
Todos estos molinos desaparecieron antes de la guerra civil (1936-39) ante la fuerte competencia de las nuevas fábricas de aceite, como la de "Uceda", situada detrás del casino Primitivo, al cual se entraba por el callejón techado contiguo que todavía existe, perdiendo su uso en los años cuarenta.
En el inicio de la calle también se encuentran las casas que pertenecieron a los familias más pudientes del pueblo, ejemplo de una clase de propietarios agrarios y de pequeñas industrias de transformación de productos agrarios, que desde la segunda mitad del XVIII afianza su poder socio-económico. También son de las más altas del pueblo, al contar con cuatro plantas, no sólo como símbolo de su poder, sino también por la necesidad de albergar al personal del servicio doméstico que convivía con ellos.
En cuanto a la topografía, no existen pendientes importantes, pero sí presenta diferentes anchuras a lo largo de su trayecto. Si en un principio tiene cierta amplitud, más adelante se estrecha, no permitiendo el paso simultáneo de dos vehículos, para retomar a continuación la amplitud necesaria. Fases que corresponden a diferentes etapas de crecimiento, que en ningún momento respetaron la anchura teórica de las caminos reales.
Ya en el último tercio de la calle, junto a la fuente de la Reja, en el actual número 73, cabe señalar la existencia de otro molino aceitero de las mismas características a los anteriores, llamado de "Alejandrico", lugar que más tarde se convirtió en fonda. Y unas casas más arriba se hallaba un edificio donde establecieron su sede los socialistas en 1932, la Casa del Pueblo. Tras la contienda civil pasó a ser sede de los sindicatos verticales del régimen anterior, y en la actualidad es de nuevo sede de la U.G.T. y Cámara Agraria. Otro edificio que sirvió de escuela de Instrucción Primaria hasta principios de la década de los sesenta fue la casa particular correspondiente al actual nº 41.
Cuando la calle llega a la Fuente, aparece un gran espacio abierto entre ésta y La Charca, quedando bajo su pavimento el antiguo cauce que llevaba el agua a la Charca convenientemente embovedado. Este espacio era conocido en 1859 como calle de las Ferias, por instalarse en él las ferias de ganado de la época, no sólo por el gran espacio abierto que suponía la Alameda de la Charca con su posible prolongación en el ruedo del pueblo, sino también por la proximidad del agua para el ganado.
Este espacio nunca ha sido recogido como plaza por el Ayuntamiento, excepto en 1939, cuando fue denominado como Plaza del General Mola, en homenaje a este general alzado, que tuvo una destacadísima actuación en el frente Norte y murió durante la guerra civil -1937- en un accidente de aviación. La denominación no cuajó en el callejero local, pues no vuelve a ser recogido en ningún otro documento posterior.
El lugar se ha convertido en las últimas décadas en el lugar de ocio y recreo preferido por la población, fomentado por la proximidad de la Charca, lo que ha dado lugar al surgimiento de numerosos bares.
En cuanto a la fuente de la Reja, se puede decir que, junto al estanque que embalsa sus aguas, la Charca, ha sido el elemento fundador y definitorio del pueblo, tanto por su importancia económica al regar unas 600 has., como la de ser fuente de abastecimiento potable para el núcleo urbano hasta 1988. En dicha fuente aún pueden observarse entre las máquinas de bombeo y dentro del oscuro cuarto construido para tal fin, un gran lienzo de piedra decorado de elementos heráldicos con las armas de Felipe III y las propias de la villa, junto con unas inscripción casi ilegible por varias capas de cal, que dice así:
"Reinando en España el Rey don Felipe III
Mandó hacer esta obra la villa de Pegalajar año de 1605".
Es como si cuando realizaron la última obra, en la década de 1950, quisieran esconder los siglos de esplendor de una fuente, que ya desde antiguo se le denominaba Vieja, pues la maquinaria de bombeo en su ubicación podía haber respetado este lienzo secular y no lo hizo. La dejadez general ha llevado incluso a dejarla morir por posible causa de sobreexplotación de su acuífero.
Sobre la Fuente se levanta la ermita de la Virgen de Gracia, ejemplo típico de relación del elemento mariano con los nacimientos acuíferos. Cuenta la tradición que a mediados del siglo XIX, un día de insoportable calor sin ráfagas de aire, estando varias mujeres lavando junto al nacimiento de agua, vieron cómo un sábana tendida se levantaba y se enredaba en una imagen de la Virgen que había junto al nacimiento. Este hecho fue interpretado como una petición celestial para la construcción de una ermita a dicha imagen. En cuanto a la sábana, fue desmembrada por las vecinas en numerosos trozos para conservarlos como reliquia.
También junto a la Fuente se encuentra el árbol más grande del pueblo, el famoso Quino, plantado en 1918, siempre plagado de gorriones que buscan refugio en la frondosidad de su copa. Hoy sus raíces no tienen el agua de antaño y su bella imagen lentamente parece palidecer. Por su importancia, la calle Baja Fuente ha experimentado diversas modificaciones en su denominación. Hasta 1931 se conoció con su nombre primitivo. La llegada de la II República supuso el cambio por el de Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español (1850-1925), puesto que los socialistas constituían el grueso del republicanismo local. Tras la guerra civil, en 1939, todos aquellos nombres impuestos a las calles en la República fueron sustituidos por otros de exaltación al nuevo régimen, recibiendo pues la denominación de José Calvo Sotelo. Fue éste político, economista y jurisconsulto (1893-1936); colaborador de la monarquía, vivió exiliado en los primeros años de la II República, volviendo a defender a su vuelta los ideales de la Unidad de España, la monarquía, el catolicismo,..., lo que le convirtió en uno de los líderes más importantes de las derechas, siendo asesinado el 13 de julio de 1936. Su muerte aceleró la proclamación del "Alzamiento". Finalmente, el Ayuntamiento democrático tratando de borrar las heridas de la guerra, en 1980, le restituyó el histórico nombre de Baja Fuente.