2. Siglos XVI-XVIII.

 En el siglo XVI la población experimentó un fuerte crecimiento. En 1595 existían 240 casas que albergaban a 1.200 habitantes (4). Por entonces el arrabal se desborda y el casco urbano se extiende alrededor de él y de la peña del castillo, saltando el barranco Villajos, que hacía de frontera natural a dicho crecimiento. Desaparece así el cementerio situado junto a la ermita de ta María. De tal forma que surge un nuevo barrio, el de ta María, que junto al primitivo de la Plaza configuran el pueblo en esta época (5).

En los censos posteriores observamos que el número de casas crece en menor  proporción que el número de vecinos -en 1752 existían 254 casas  habitables (6) para una población aproximada de 1.584 habitantes, y en 1792 eran 306 casas para 2.024 habitantes (7), lo que nos induce a pensar el hecho de la utilización masiva a partir del siglo XVIII de las cuevas abiertas en la montaña como vivienda.

El primer callejero de Pegalajar que conocemos data de 1752. Desde finales del XVI hasta este último año, poco había cambiado la red urbana, pues el número de edificios es sólo un poco mayor -sólo 14 más-. Sin embargo, aparecen también solares de antiguas casas en un número de cincuenta, que no sabemos si se tuvieron en cuenta en el censo de 1595. No obstante, por el número de habitantes, la red urbana de Pegalajar algo tuvo que crecer; y lo hizo en sentido Este, consolidando el núcleo de viviendas que había surgido cerca de la ermita de Santa María.

Por entonces -1752-, Pegalajar constaba de las siguientes calles: Alta, Antequeruela, Bahondillo, Callejuela, Campillejo, Carnicería, Cementerio, Cuernos (callejón de los), Chamorro (callejón de), Fuente (de la), Horno, iglesia (de la), Laguna (de la), Llana, Naranjo (del), Nogueras (de las), Parras, Plaza, Pozos, Real, Relex, romeral Alto, romeral Bajo, San Nicasio, Santa María, Tercias, Tosquilla, Trascastillo y Zumbajarros. Destacaba la Plaza como el lugar donde más concentración de vecinos existía, seguida de La Laguna, Santa María, Pozos, Bahondillo, Alta, Antequeruela, Parras y Llana, con un número muy semejante de vecinos (8).

En 1848, son ya 538 las casas distribuidas en varias calles y plazas para una población de 2.516 habitantes. Las clases más humildes -los jornaleros- vivían en condiciones infrahumanas dentro de cuevas horadadas en la tierra (9), que se extendían a lo largo de la ladera de la Serrezuela, en la parte alta del pueblo. El núcleo primitivo fue el Romeraly de allí fueron extendiéndose a medida que crecía el casco urbano, formando el barrio del Chorreadero.