LOS CASTILLOS PERDIDOS DE SIERRA MÁGINA (VALLE DEL JANDULILLA)

Juan Antonio López Cordero, Esteban Justicia Díaz y Jorge González Cano

(En Sumuntán, revista de estudios de Sierra Mágina, núm. 26, Colectivo de Investigadores de Sierra Mágina CISMA. Jaén, 2008, p. 45-68)

 

 

1. Introducción

Tras un primer estudio de los castillos perdidos de Sierra Mágina en el valle del río Guadalbullón, continuamos nuestra investigación con el estudio de la otra vía de comunicación que en esta comarca supone el valle del río Jandulilla. Unos castillos que, como ya avanzamos en el artículo anterior, son recuerdo de un pasado inseguro, aunque durante los siglos X y XI, época de control califal, hubo alquerías que se distribuyeron por las zonas fértiles de cultivo, como son en el valle del Jandulilla el lugar del cortijo de Las Casas, situado en el curso alto del río, ya ocupado también en época romana; el del cortijo de los Nacimientos, en la cabecera del barranco del Sotar; o el del barranco de Los Hornillos Bajos, en la ladera Este de la Sierrra de la Cruz, también con fase de ocupación romana.[1] Esta situación no fue duradera, pues la crisis del siglo XI y la inseguridad reinante motivó el refugio de la población dentro o junto a las antiguas fortalezas de época emiral. En la desaparición de muchas de estas fortalezas influyeron decisivamente los casi tres siglos de frontera (siglos XIII-XV) entre el reino cristiano de Castilla y el musulmán de Granada, lo que provocó un gran vacío demográfico en la zona y el abandono de numerosas fortalezas rurales, refugios de la anterior población dispersa en alquerías con base económica agroganadera.

Estos castillos tienen unas características semejantes a los del valle del Guadalbullón y también un origen alto medieval. También aparecen citados en las crónicas medievales y aún hoy día mantienen pequeños restos que nos descubren su ubicación. Se encuentran cercanos a fértiles campos de cultivo de regadío, emplazados en pleno valle sobre un promontorio rocoso, defensa natural que se eleva sobre las tierras circundantes; son de regular extensión superficial, entre los 1040 metros cuadrados del Castellón de Bélmez de la Moraleda y los 3603 metros cuadrados del de Chincoya; suelen constar de tres recintos defensivos escalonados, correspondientes a las clásicas defensas de los castillos: albacara, alcazaba y torre del homenaje; y fueron abandonados en el siglo XIII, en época de frontera, cuando el hábitat rural disperso no pudo soportar el mantenimiento de la base agrícola-económica tradicional de la alquería frente a la presión militar continua de la zona.

 

2. La desaparición de los castillos del Jandulilla.

Los castillos perdidos del Jandulilla, más que defensa de un paso estratégico entre el Alto Guadalquivir y el Surco Intrabético granadino, misión que cumplieron posteriormente en época de frontera los castillos de Solera, Belmez, Huelma y Jódar,  eran lugares de hábitat-refugio de una población de economía agro-ganadera, especialmente vinculada a las fértiles tierras de regadío que existen a su alrededor. El ocaso de estas fortalezas comienza con la intensificación bélica de la zona tras la conquista de Baeza y Jódar,  conquistado entre 1227 y 1229. La figura de Sancho Martínez de Xódar estuvo vinculada a la conquista de este valle, pues se hizo con el control de Chincoya, Neblín o Ablir, Solera, Polera, Gris, Allo y Ogáyar. Los castillos de Belmez y Huelma, en la margen izquierda del río, también pasaron a poder cristiano, entre 1243  y 1246 Belmez, y algunos años después Huelma;  por lo que la totalidad del valle del Jandulilla estaba en poder cristiano a finales del siglo XIII. Sobre 1275 con la entrada de los benimerines, se perdieron definitivamente los castillos aquí estudiados y pasaron a poder musulmán los de Solera, Belmez y Huelma perdiendo los cristianos el control del paso del Jandulilla. Así quedó establecida la frontera, con pequeñas oscilaciones, hasta 1438 en que vuelve a ser reconquistada Huelma por Íñigo López de Mendoza, lo cual posibilitó el dominio de Solera y Belmez.

Se perdieron definitivamente en el siglo XIII los castillos de Chincóyar o Chincoya, Neblín o Ablir, Gris, Allo, Polera y Ogáyar, seis castillos rurales, alquerías-fortaleza ubicadas en lugares estratégicos junto a tierras de regadío, de los que aún quedan sus restos físicos y en muchos casos toponímicos. El léxico tiene un origen romance, lo que indica el predominio de la población con importante sustrato hispano-romano en la zona.

El castillo de Chincoya es el más famoso de ellos, debido a la leyenda que narra las Cantigas de Santa María, de  Alfonso X el Sabio, escritas en la segunda mitad del siglo XIII.  La cantiga número 185 recoge un hecho de guerra ocurrido entre los años 1271 y 1274 en relación con el rey Alhamar. El alcaíde del castillo moro de Belmez, situado en las cercanías del de Chincoya, al otro lado del río, intentó tomarlo mediante un ardid, invitando a los cristianos a salir del castillo y festejar el pacto existente, y una vez sin defensa tomarlo. Los cristianos no cayeron en el mismo y en la celada cayó sólo su alcaide. La leyenda dice que los cristianos se defendieron del ataque, despeñaron a tres moros asaltantes y pusieron en las almenas la imagen de la Virgen, la cual detuvo al rey moro y los asaltantes.

Sobre la ubicación del castillo de Chincoya hay diversas hipótesis. Desde la que busca su situación en tierras de Villanueva del Arzobispo[2], Cazorla o Segura[3] hasta las que lo ubican en algún castillejo rural de Sierra Mágina[4]. Evidentemente, el castillo de Chincoya debió estar situado cerca del castillo de Belmez. Teniendo en cuenta esta hipótesis Juan Eslava identifica Chincoya en algún lugar cercano, preferentemente en las ruinas de una fortificación situada en la falda del cerro de la Atalaya, cerca del río Jandulilla y a unos doscientos metros de la carretera de Cabra, una vez pasado el puente[5], lugar donde también lo ubica Jesús Montoya Martínez[6], al que nosotros identificamos con la posible fortaleza de Allo. Junto a las ruinas de la fortaleza quedan los restos de un cortijo construido en época contemporánea. Nicolás Navidad Jiménez sitúa el castillo de Chincoya con los restos del castillejo del Barranco de Aguas Amarguillas,[7] una ubicación que creemos es la más probable.

Las ruinas del castillo de Chincoya se ubican junto al río Jandulilla, en su margen derecha, aprovechando la defensa natural de un promontorio rocoso. Desde el lugar se divisa gran parte del valle del río Jandulilla. Frente a este castillo, al otro lado del río se ubica el castillo de Belmez, tal como cuenta la leyenda de las Cantiga 185 y ratifica la toponimia con la denominación de Chincoya que dan a la sima que hay en sus proximidades. Los dos castillos están situados a tres kilómetros de distancia

La obra que recoge esta leyenda, Las Cantigas de Santa María, está compuesta por un conjunto de cuatrocientas veintisiete composiciones, atribuidas a Alfonso X el Sabio, fechadas entre 1260 y 1275. Están escritas en una época de gran devoción mariana, que se manifiesta en muchos de los aspectos de la vida, como en la advocación de las nuevas iglesias que surgen tras la conquista y consagración de las antiguas mezquitas a Santa María. Están escritas en galaico-portugués, lengua romance hablada en la Edad Media en la franja noroccidental de la Península, utilizada en la lírica del siglo XIII en Castilla. Hasta nuestra época han llegado cuatro manuscritos, el de la Biblioteca Nacional en Madrid, dos que se encuentran en San Lorenzo de El Escorial y el cuarto en Florencia.

           La mayoría de las cantigas estás compuestas por alabanzas a la Virgen Santa María, en el manuscrito se narran historias, milagros, juegos, etc., relacionados con la Virgen. Otras, en menor número, cuyo orden se recoge en múltiplo de diez, son poemas en los que no figuran milagros, sino oraciones y reflexiones sobre la Virgen. La obra nos muestra todo un escenario de la vida en Castilla en él siglo XIII.

El códice T I.1 de El Escorial incluye dos láminas de seis miniaturas cada una, en las que aparece representado el castillo de Chincoya sobre una altura. En ellas se narran visualmente los hechos, donde también aparecen las figuras del alcaide moro de Belmez, el alcaide cristiano de Chincoya, el rey moro de Granada y su ejército. Jesús Montoya sugiere que dichas miniaturas, que recogen hechos contemporáneos a su realización, pueden estar basadas en la realidad, tanto en la geografía como los personajes.

Las ilustraciones y el texto aportan datos sobre la localización de Chincoya. Las miniaturas representan un castillo sobre una fuerte pendiente y con doble recinto. Por otra parte, el texto lo sitúa separado del castillo de Belmez por el río, pues el alcaide cristiano cruza el río para entrevistarse con el alcaide moro.[8]

José Filgueira Valverde hace la siguiente versión en castellano de la cantiga:

 

<<E. 185

Esta es cómo Santa María guardó de los moros el castillo de Chincolla, que no lo pudieron tomar, por la imagen de Santa María que pusieron los de dentro de las almenas.

R. –Gran poder tiene Santa María para socorrer a los suyos, en cualquier lugar que estén, y para defenderlos del mal.

Y, de esto, he oído un gran milagro que hizo Santa María y que sucedió hace poco, en Chincolla, un castillo, por cuanto yo he aprendido; y a quienes lo oí eran hombres tales que debemos creerlos. //

Este castillo está en el reino de Jaén, y había allí un alcaide que lo guardaba muy bien, pero para guardarlo hasta el final le faltó mucho el juicio, así que, por poco, un día estuvo a punto de perderlo. // Este alcaide quería mucho a un moro de Belmez que era alcaide de aquel castillo, y ¿qué fue lo que hizo el traidor? Habló con el rey de Granada y le dijo:

- “De esta vez os daré el castillo de Chincolla en vuestro poder.” //

Dijo él:

- “¿Cómo?”

Repuso:

- “Si tengo poder vuestro, señalaré un día para hablar con el alcaide, y, estando en la conversación, lo prenderé y de esta manera creo que podréis tenerlo.” //

Y dijo el rey de Granada:

- “Por mí, si no obsta otra cosa, quiero ir allá contigo, y veré lo que sea; pero, si tú me mientes, no habrá más; mandaré que te quiten la cabeza de sobre los hombros.” //

De esta manera, el rey le metió mucho de miedo a aquel moro, y, por otra parte, le prometió un gran haber si le diera el castillo, y luego se marchó con él, y el moro se fue a entrevistar con el alcaide de Chincolla, // y le dijo que saliese a firmar con él su convenio, ante cristianos y moros de los que estaban en el lugar, y que lo guardase, como él lo quería guardar, y, sobre esto, ambos harían grandes juramentos. //

El alcaide de Chincolla, que no creía que de esto se sobreviniese ningún mal, fue allá, sin más, y se llevó dos escuderos, que le dijeron que tenían miedo del moro, que lo quería traicionar.” //

- Además no lleváis armas, que vais a cuerpo, y como los moros son falsos, quizá os retengan, y por ello queremos retornarnos al castillo.”

Y se volvieron corriendo y fueron a meterse en él. //

No volvió la cabeza el alcaide, con todo esto, sino que, por llegarse hasta el moro, pasó luego el río; y, cuando fue llegado, el otro lo prendió y lo hizo llevar preso al rey de Granada // que en la celada estaba. Y le dijo esta razón. “Que le dijese la verdad sobre el castillo; que si no, lo decapitaba.” Dijo él:

- “Así Dios me perdone, en el castillo hay quince hombres, pero no tienen qué comer.”//

Muy luego, el rey de Granada hizo salir su celada, y comenzó a irse, derecho, al castillo, y mandó al alcaide que pidiese el castillo a los que allí había dejado, que, de lo contrario, moriría. // Él, con el miedo de la muerte, pidió el castillo a los que dentro estaban, y tal respuesta oyó: “Que a fe, que no se lo darían.” Cuando el rey esto oyó, hizo luego que toda su gente combatiese el castillo, // con piedras y saetas, todo en derredor. Y los de dentro estaban tan gran pavor tuvieron, que cogieron la imagen de la Madre del Salvador, que estaba en la capilla, y fueron a ponerla // entre las almenas, diciendo:

- “Si Tú eres Madre de Dios, defiende este castillo y a nosotros, que somos tuyos, y guarda a tu capilla, que no caiga en poder de los incrédulos moros, ni hagan arder tu imagen.” //

Y la dejaron diciendo:

- “Vamos a ver qué haces.”

Entonces, los atacantes se volvieron todos atrás; y a tres moros que habían entrado en el castillo, más negros que Satanás, los de dentro los hicieron, ende, caer // muertos desde lo alto del muro.

Y dijo el rey:

- “Ningún provecho podré sacar de que combatamos más, y me tendría por loco si fuese contra Santa María, que suele defender a los suyos.”

Y mandó tañer las trompas y mover la hueste.

Y, de esta manera, guardó a Chincolla Aquélla a la que todos dan loores por su bondad, pues gran justicia hacen en ello, porque a los suyos muy bien guarda y a los otros, que contra Ella vienen, les da fatigas y hace que sean vencidos.>>[9]

 

            Otro castillo identificado es el de Neblín, que aún recoge la toponimia en la denominación del valle y cortijos que en él se encuentran. El significado del topónimo parece derivar del latín “nubula” o nube, posiblemente en relación con la meteorología de la zona donde hay frecuentas nieblas por la proximidad del río Jandulilla y la ubicación del castillo en la zona norte de Sierra Mágina, limítrofe con el alto valle del Guadalquivir. Su historia estuvo muy vinculada al castillo de Chincoya: fueron conquistados en la misma época, pasaron en 1843 a Baeza con el usufructo de Sancho Martínez de Jódar, y en 1360 concedidos por Alfonso X a la catedral de Jaén.[10]

            El castillo de Ogáyar también podemos identificarlo sin duda con el actual castillo de “Piedra del Castillejo”, situado en el término de Huelma, en el antiguo camino de Guadix. Sin duda identificado con el lugar de “las casas de Ugayar”, de las que nos dice la crónica del Condestable Miguel Lucas de Iranzo que estaban situadas “çerca de una legua allende de Huelma”, lugar donde en 1470 llegó el Condestable y esperó a don Juan de la Cueva para realizar juntos una incursión a tierras granadinas.[11]

            Respecto al castillo de Allo, nosotros lo identificamos con el situado a los pies de la Serrezuela. Allo es tu antiguo toponimo, posiblemente romance o ibérico. En Navarra se encuentra la población de la misma denominación. Éste es un lugar ubicado en un valle rodeado de montañas, por lo que algunos estudios sugieren que proviene de un nombre vasco que significaría “lugar llano”. La misma ubicación geográfica tiene el castillo que identificamos con Allo, ubicado a los pies de la Serrezuela que, al contrario del resto de los castillos del Jandulilla, se encuentra en el fondo del valle en una pequeña meseta, y no en un promontorio rocoso. Por otra parte, hoy parece evidente que el idioma vasco proviene de las antiguas lenguas ibéricas.

            En cuanto al castillo de Gris, lo identificamos con las ruinas del Castellón de Bélmez de la Moraleda, cuyo alcazarejo está situado sobre una pared rocosa, bajo la cual se encontraba el recinto, muy cerca del caz superior del río Gargantón. Esta ubicación con pared rocosa es muy semejante a otros castillos de Sierra Mágina, como los de Ogáyar, viejo de Bedmar o el de Albanchez. El castillo limita con la parte de la Sierra, de la que forma parte la peña donde su ubica. El color gris de las calizas que lo rodean se distinguen claramente por la escasa vegetación del terreno rocoso.

            El castillo de Polera fue problamente el que albergaba en sus alrededores una mayor población. En sus proximidades apareció una inscripción árabe conmemorativa de la construcción de una mezquita, la cual se conserva en el Museo Provincial de Jaén. Su misma denominación puede provenir de “pola” y el sufijo “-era”, palabra latina que significa pueblo, población,... lo que vendría a describir el lugar donde se encuentra la población. Aunque la ubicación de la fortaleza ha permanecido olvidada durante siglos, el topónimo ha permanecido describiendo el entorno, también perviven elementos concretos como el cortijo de Polera, e incluso con este nombre se ha denominado en algunas ocasiones a esta parte de la Sierra.

 

3. Descripción de los castillos perdidos del Jandulilla.

Como hemos visto más arriba, entre los castillos que Sancho Martínez de Xódar conquistó en el valle del Jandulilla, cuya ubicación ha permanecido dudosa o desconocida están los de Chincoya, Neblín o Ablir, Polera, Gris, Allo y Ogáyar. Un rastreo concienzudo de la cuenca del Jandulilla nos ha llevado a la localización geográfica de estos castillos, que se describen documentalmente en el siglo XIII y luego desaparecen. Era difícil su desaparición física total, más aún cuando son un tipo de fortalezas que suelen aprovechar con frecuencia la orografía del terreno. La experiencia en la localización de los castillos perdidos de la cuenca del río Guadalbullón nos ha servido de ayuda para la localización de éstos, pues sus características coinciden en muchos aspectos.


 

IDENTIFICACIÓN DEL CASTILLO

 

Denominación: Castillo de Chincoya o castillejo del Barranco de Aguas Amarguillas

 

Ubicación:

Paraje: Sima de Chincoya

Coordenadas: UTM X: 467770; UTM Y: 4175397

Altura s.n.m.: 800 metros

Uso actual: Cultivo de olivos y almendros

Propiedad: Privada

Conservación: Derruido.

Medidas:              

Superfície total: 3603 metros cuadrados

Superficie recinto interior: 934 metros cuadrados

Superficie recinto exterior: 2669 metros cuadrados

Perímetro total: 254 metros

Forma del Recinto: Irregular. Longitud: 86 metros. Anchura media: 60 metros.

 

Elementos observables: Diversos restos de murallas y ruinas de la torre del homenaje.

 

Materiales: El castillo se halla ubicado en un promontorio cárstico. En la construcción del castillo se utilizan mampuestos del mismo tipo unidos con mortero.

 

Descripción: Este castillo, de tipo rural, está situado a unos escasos 100 metros del río Jandulilla, frente a la población de Bélmez de la Moraleda, en un promontorio situado junto al río, en su margen derecha. Aprovecha la defensa natural de la peña donde se ubica. La puerta de entrada al castillo debió estar situada al Noreste, lugar de más fácil acceso. Los flancos Sur y Este están protegidos por las paredes de un profundo barranco, mientras que en el resto la acusada pendiente del promontorio supone un complemento a la protección de las murallas. Presenta los tres elementos clásicos del castillo: recinto, alcázar y torre del homenaje, en forma piramidal. El alcazarejo y la torre del homenaje se ubican al Sur del recinto, en lo más alto, protegidos por la alta pared rocosa de la peña, mientras que el recinto se extiende a su alrededor. En la actualidad, el castillo está muy arruinado. El solar del recinto es un erial en acusada pendiente, que en el pasado estuvo roturado, en él crecen algunos almendros, retamas y enebros.

 

Elementos anexos: En el entorno aparece numerosa cerámica medieval. Cerca de él se encuentra la sima conocida como de Chincoya. El entorno del castillo al Norte y Oeste está plantado de olivos, regados por el río Jandulilla, mientras que al Este y Noreste se extiende la Serrezuela y la Atalaya.

 

Citas históricas:  En la década de 1230, Sancho Martínez de Jódar tomó por pacto la fortaleza de Chincoya, permitiendo vivir en ella a parte de la población musulmana. En 1243, Fernando III la concedió a Baeza con el usufructo de la misma para Sancho Martínez, y en 1255 éste firmó una concordia con el obispo de Jaén don Pascual para la organización eclesiástica de Chincoya y las otras poblaciones del Jandulilla, pasando en 1260 a pertenecer por mandato de Alfonso X a la Catedral de Jaén. En 1275 la fortaleza fue saqueada por los benimerines y ya no volvió a poblarse. El castillo es famoso por ser citado como castillo cristiano en las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, un lugar donde ocurrió uno de los milagros de la Virgen frente a la celada de los musulmanes de Belmez.

               

 

 

 

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Castillo de Chincoya

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IDENTIFICACIÓN DEL CASTILLO

 

Denominación: Castillo de Neblín

 

Ubicación:

Paraje: Neblín

Coordenadas: UTM X: 470649; UTM Y: 4178280

Altura s.n.m.: 678 metros

Uso actual: Cultivo de olivos y almendros

Propiedad: Privada

Conservación: Derruido.

Medidas:              

Superfície total: 2715 metros cuadrados

Superficie recinto interior: 1182 metros cuadrados

Superficie recinto exterior: 1153 metros cuadrados

Perímetro total: 221 metros

Forma del Recinto: Irregular. Longitud: 73 metros. Anchura media: 32 metros.

 

Elementos observables: Diversos restos de murallas y ruinas de tres torres.

 

Materiales: El castillo se halla ubicado en el cenit de un monte con fuerte pendiente, cuyo relieve lo forman materiales blandos, con ausencia de rocas, propio de un entorno en el que predominan las barranqueras y escasa vegetación. En la construcción del castillo se utiliza mampuestos calizos extraídos de la sierra limítrofe de la Altarilla, al otro lado del Jandulilla, unidos con mortero.

 

Descripción: Este castillo, de tipo rural, está situado a unos 500 metros del río Jandulilla, en el cerro Culebro, entre el valle de Neblín y el del Jandulilla, un poco antes de la entrada del mismo al alto valle del Guadalquivir, en la cumbre de un monte, en la margen derecha del río. Se observa un alcázar en la cumbre con varias torres defensivas y doble muralla. Al Noreste se extiende el recinto. El castillo debió servir de refugio a una población rural de economía agro-ganadera que cultivaba las tierras del entorno. En la actualidad está muy arruinado. El solar del recinto es un erial, así como el resto del monte, de acusada pendiente, que en el pasado estuvo roturado.

 

Elementos anexos: En el entorno aparece numerosa cerámica medieval. Cerca de él se encuentran los cortijos de Neblín. A trescientos metros del castillo medieval y en la cumbre del cerro de Neblín se hayan los restos de una fortificación íbero-romana de planta rectangular. El entorno del valle del Jandulilla que se halla a  los pies del monte está plantado de olivos. Desde el lugar se divisan los valles del Jandulilla y Neblín con algunos barrancos como la Bocarrambla, así como las sierras de la Peña de la Cruz y la Altarilla.

 

Citas históricas:  En la década de 1230, Sancho Martínez de Jódar tomó por pacto la fortaleza de Neblín o Ablir, permitiendo vivir en ella a parte de la población musulmana. En 1243, Fernando III la concedió a Baeza con el usufructo de la misma para Sancho Martínez, y en 1255 éste firmó una concordia con el obispo de Jaén don Pascual para la organización eclesiástica de Neblín y las otras poblaciones del Jandulilla, pasando 1260 a pertenecer por mandato de Alfonso X a la Catedral de Jaén. En 1275 la fortaleza fue saqueada por los benimerines y ya no volvió a poblarse.

 

 

 

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Castillo de Neblín

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IDENTIFICACIÓN DEL CASTILLO

 

Denominación: Castillo de Polera

 

Ubicación:

Paraje: Las Habitaciones, término municipal de Belmez de la Moraleda.

Coordenadas: UTM X: 464112; UTM Y: 4174501

Altura s.n.m.: 1029 metros

Uso actual: Erial y siembra.

Propiedad: Privada

Conservación: Derruido.

Medidas:              

Superfície total: 2710 metros cuadrados

Superficie recinto interior: 569 metros cuadrados

Superficie recinto exterior: 2141 metros cuadrados

Perímetro total: 218 metros

Forma del Recinto: Irregular. Longitud: 97 metros. Anchura media: 56 metros.

 

Elementos observables: Diversos restos de murallas y ruinas de la torre del homenaje.

 

Materiales: El castillo se halla ubicado en un promontorio cárstico. En la construcción del castillo se utiliza mampuestos del mismo tipo unidos con mortero.

 

Descripción: Este castillo, de tipo rural, está situado a unos escasos 100 metros del río Gargantón, en su margen izquierta, término municipal de Bélmez de la Moraleda, y a un kilómetro de su nacimiento en un promontorio situado junto al río, en su margen derecha. Al Este y Sur aprovecha la defensa natural del escarpe del promontorio. Al Norte y Oeste limita con una pequeña meseta con ligera pendiente de la ladera de la sierra, actualmente en cultivo. Aparecen restos cerámicos medievales en todo su cortorno, lo que nos indica que el castillo debió tener a su alrededor algunas edificaciones rurales con ampliación del perímetro protegido. Presenta los tres elementos clásicos del castillo: recinto, alcázar y torre del homenaje. El alcazarejo y la torre del homenaje se ubican al Norte del recinto. En la actualidad, el castillo está muy arruinado. Se puede apreciar la torre del Homenaje, de planta cuadrada, de siete metros de lado, con puerta de entrada al Sureste. Junto a ésta, con los mampuestos del alcazarejo se levantó en el pasado una casa de campo, actualmente arruinada.

 

Elementos anexos: En el entorno aparece numerosa cerámica medieval. Junto al campo de cultivo adyacente apareció una lápida con epigrafía árabe referente a la inauguración de una mezquita. El entorno del castillo al Este y Sur está plantado de olivos. Al Norte y Oeste hay un campo de cultivo de cereales con numerosos majanos y algunas encinas y almendros. Desde el mismo se observa el macizo de Mágina con las formaciones kársticas de la cuenca del Gargantón y gran parte del valle del río Jandulilla.

 

Citas históricas: En la década de 1230, Sancho Martínez de Jódar tomó por pacto la fortaleza de Polera, permitiendo vivir en ella a parte de la población musulmana. En 1243, Fernando III la concedió a Baeza con el usufructo de la misma para Sancho Martínez, y en 1255 éste firmó una concordia con el obispo de Jaén don Pascual para la organización eclesiástica de Polera y las otras poblaciones del Jandulilla, pasando 1260 a pertenecer por mandato de Alfonso X a la Catedral de Jaén. En 1275 la fortaleza fue saqueada por los benimerines y ya no volvió a poblarse.

 

Leyendas: La leyenda del tesoro escondido, propia de muchos castillos, está presente en éste. Allí, el Tío Sonsín se gastó toda su fortuna excavando las ruinas del castillo.    

 

 

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Castillo de Polera

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IDENTIFICACIÓN DEL CASTILLO

Denominación: Castillo del cerro de Atalaya ¿Castillo de Allo?

Ubicación:

Paraje: Falda del Cerro de la Atalaya

Coordenadas: UTM X: 469095; UTM Y: 4178032

Uso actual: Cultivo de olivos y almendros

Propiedad: Privada

Conservación: Derruido.

Medidas:              

Superfície total: 3430 metros cuadrados

Superficie recinto interior: 673 metros cuadrados

Superficie recinto exterior: 2757 metros cuadrados

Perímetro total: 250 metros

Forma del Recinto: Irregular. Longitud: 98 metros. Anchura media: 36 metros.

 

Elementos observables: muros de mampostería y tapial.

 

Materiales: El castillo se halla ubicado en un pequeño promontorio cárstico. En la construcción del castillo se utilizan mampuestos del mismo tipo unidos con mortero.

 

Descripción: Castillo rural situado en al final de una meseta, pasado el cruce de la carretera Úbeda-Guadix con la local de Cabra del Santo Cristo, en la margen derecha del río Jandulilla, a unos 200 metros del río y otros 300 metros de la carretera local de Cabra del Santo Cristo. El castillo domina la vía de comunicación natural que abre el río Jandulilla entre el Alto Valle del Guadalquivir y el Surco Intrabético, justo en la estrechura del valle. Aprovecha la defensa natural de la meseta y un pequeño promontorio cárstico. Servía de habitación y refugio de la población, que cultivaba esta zona, tierras fértiles de regadío, que tenía como complemento la ganadería. Se pueden observar tres recintos defensivos. Su alcazarejo y torre del homenaje estaban situados al Sureste del recinto, aprovechando el pequeño promontorio de la meseta. Parte del alcazarejo está ocupado por un edificio rural, antiguo cortijo, hoy arruinado. El recinto está delimitado por la orografía del terreno, completado por una muralla, algunos de cuyos restos aún pueden apreciarse. A la misma se adosó una edificación  en forma de torre de unos diez metros de altura, cuya cumbre se culmina con muro de mampostería, que hacía de último refugio. El la actualidad el solar del castillo está plantado de olivos y almendros. Desde este lugar se divisa la Sierra de la Cruz y la Sierra de la Atalaya.

 

Elementos anexos: En el entorno aparece numerosa cerámica medieval. Un cortijo de planta rectangular arruinado ocupa parte del alcazarejo. En el recinto del castillo se puede observar una antigua piedra de molino.

 

 

Citas históricas:  En la década de 1230, Sancho Martínez de Jódar tomó, probablemente por pacto la fortaleza del Allo, permitiendo vivir en ella a parte de la población musulmana. En 1243, Fernando III la concedió a Baeza con el usufructo de la misma para Sancho Martínez, y en 1255 éste firmó una concordia con el obispo de Jaén don Pascual para la organización eclesiástica de Allo y las otras poblaciones del Jandulilla. En 1275 la fortaleza fue saqueada  por los benimerines y ya no volvió a poblarse.            

 

 

 

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Castillo del Cerro de la Atalaya (¿Allo?)

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IDENTIFICACIÓN DEL CASTILLO

 

Denominación: El Castellón (Bélmez de la Moraleda) o ¿Castillo de Gris?

Ubicación:

Paraje: Cerro del Castellón

Coordenadas: UTM X: 0465290 UTM Y:  4175013 (dat europeo 50)

Altura s.n.m.: 1090 m.

Uso actual: Erial

Propiedad: Privada

Conservación: Derruido.

Medidas:              

Superfície total: 2024 m2

Superficie recinto interior: 634 metros cuadrados

Superficie recinto exterior: 1990 metros cuadrados

Perímetro total: 178,38 metros.

Forma del Recinto: Irregular. Longitud: 56 metros. Anchura media: 42 metros.

 

Elementos observables: Murallas del alcázar y ruinas de torre del homenaje.

 

Materiales: El material es del entorno, piedra caliza, unida con mortero de cal y arena.

 

Descripción: Castillo rural situado sobre un promontorio calizo formado en el extremo de una pequeña meseta que deja en su centro una nava, actualmente plantada de cerezos y olivos. El promontorio muestra la Sur una alta pared rocosa de unos cuarenta metros de altura, bajo la cual hay varios apilamientos de piedra en un erial pendiente, que termina en las plantaciones de olivos regados por el caz más alto del río Gargartón. La base de esta pared rocosa debió formar parte del recinto defensivo por la protección que le da la fuerte pendiente y la alcazaba del promontorio. La fortaleza serviría de refugio para la población que cultivaba las fértiles tierras que se encuentran a sus pies. En el promontorio del castillo existen dos recintos defensivos; y en el interior una torre que debió utilizarse como último refugio.

                Desde el lugar se divisa el valle del Jandulilla y cumbres de Mágina de los alrededores, además de los castillos de Solera y la torre del Lucero.

 

Elementos anexos: Cerca del lugar se encuentra un corral de ganado (UTM X: 0465090 Y: 4175067; altura s.n.m.: 1084 m.) construido en piedra seca.

 

 

Citas históricas:  En la década de 1230, Sancho Martínez de Jódar tomó, probablemente por pacto la fortaleza de Gris, permitiendo vivir en ella a parte de la población musulmana. En 1243, Fernando III la concedió a Baeza con el usufructo de la misma para Sancho Martínez, y en 1255 éste firmó una concordia con el obispo de Jaén don Pascual para la organización eclesiástica de Gris y las otras poblaciones del Jandulilla. En 1275 la fortaleza fue saqueada por los benimerines y ya no volvió a poblarse.             

 

 

 

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Castellón de Bélmez de la Moraleda (¿Gris?)

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IDENTIFICACIÓN DEL CASTILLO

 

Denominación: Piedra del Castillejo (Huelma) o ¿Castillo de Ogáyar?

 

Ubicación:

Paraje: El Castillejo

Coordenadas: UTM X: 0460919  UTM Y:  4165770 (dat europeo)

Uso actual: Erial

Propiedad: Privada

Conservación: Derruido.

Medidas:              

Superfície total: 2777 m2  Superfície recinto interior: 8778 m2  

Forma del Recinto: Irregular. Longitud: 64 metros. Anchura media: 40 metros.

Superficie alcazarejo: 343 m2  

Perímetro: Total: 229 metros. Alcazarejo: 72 metros.

Forma del Alczarejo: Irregular. Longitud: 41 metros. Anchura media: 25 metros.

 

Elementos observables: Lienzos de muralla, torre del homenaje y aljibe. Numerosa cerámica medieval en los alrededores.

 

Materiales: Construido con materiales calizos del entorno, unidos con mortero de cal y arena.

 

Descripción: Castillo rural situado sobre un promontorio de roca caliza que domina la cañada del Almez que un kilómetro más abajo, al Este. se abre al valle del río Jandulilla.  El promontorio presenta al Sureste un fuerte cortado de unos veinte metros de altura que actúa como defensa natural. A los pies del mismo hay una zona de erial de acusada pendiente que debió formar parte del recinto fortificado. El castillo debió de servir de refugio militar a la población rural que cultivaba las tierras fértiles de regadío de los alrededores y de las proximidades del río Jandulilla.

 

Elementos anexos:  En el entorno aparece numerosa cerámica medieval. Desde el mismo se divisa la cañada del Almez al Sur, el valle del río Jandulilla al Este, y el paraje de Ruiz Cerezo al Oeste.

 

 

Citas históricas: En la década de 1230, Sancho Martínez de Jódar tomó, probablemente por pacto la fortaleza de Ogáyar. En 1275 la fortaleza fue saqueada  por los benimerines y ya no volvió a poblarse. La crónica del Condestable Miguel Lucas de Iranzo cita “las casas de Ugayar”, que estaban situadas sobre una legua de Huelma, lugar donde en 1470 el Condestable esperó a don Juan de la Cueva para realizar juntos una incursión a tierras granadinas.

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OGAYAR VISTA GENERAL PICT5825

 


Bibliografía:

-          ALFONSO X EL SABIO. Cantigas de Santa María. (Cantiga 185. Varias ediciones)

-          AMEZCUA MARTÍNEZ, Manuel. “Leyendas del Tesoro de Sierra MáginaRevista de Folklore, núm. 57, 1985, p. 75-82.

-          CUEVAS MATA, Juan; ARCO MOYA, Juan del; y ARCO MOYA, José del (editores). Relación de los hechos del muy magnífico e más virtuoso señor, el señor don Miguel Lucas, muy digno condestable de Catilla. Universidad de Jaén / Ayuntamiento. Jaén, 2001, p. 368.

-          ESLAVA GALÁN, Juan. “Algunas precisiones sobre la localización del castillo de Chincoya”. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 123 (jul.-sept. 1985); p. 31-38.

-          HIGUERAS MALDONADO, Juan. Documentos latinos del siglo XIII al XVII en los archivos de Baeza. Jaén, 1974.

-          LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio y GONZÁLEZ CANO, Jorge. “Los castillos de Sierra Mágina”. En Itinerario didáctico multidisciplinar en la comarca de Sierra Mágina. Centro de Profesorado Luisa Revuelta. Córdoba, 2002, pp. 95-112.

-          LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio; GONZÁLEZ CANO, Jorge; y CABRERA ESPINOSA, Manuel. "Los castillos perdidos de Sierra Mágina (valle del Guadalbullón). Sumuntán, revista de estudios sobre Sierra Mágina, núm. 23, Colectivo de Investigación de Sierra Mágina CISMA, Carchelejo, 2006, p. 229-256.

-          MONTOYA MARTÍNEZ, Jesús y FLORES RUBIO, Antonio R. “Beligerancia religiosa en las cantigas fronterizas. El caso de la frontera Norte de Granada”. Iglesias y fronteras. V Jornadas de Historia de la Abadía. Diputación Provincial. Jaén, 2005, p. 501-511.

-          MONTOYA MARTÍNEZ, Jesús. “El castillo de Chincoya”. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 101 (en.-marzo 1980); p. 17-25.

-          NAVIDAD JIMÉNEZ, Nicolás. “El valle de Neblín”. Sumuntán, revista de estudios sobre Sierra Mágina, núm 11, CISMA, Carchelejo, 1999, p. 189-198.

-          QUESADA QUESADA, Tomás. La Serranía de Mágina en la Baja Edad Media (Una tierra de frontera con el reino nazarí de Granada). Granada, 1989.

-          QUESADA QUESADA, Tomás, “Poblamiento y fortificación del territorio en los siglos XII-XIII. El caso de las sierras meridionales de Jaén”.  En MALPICA, Antonio (editor), Castillos y teritorio en Al-Andalus. Universidad, Granada, 1998, p. 144-146.

-          SEGURA MORENO, Manuel. Estudio del códice gótico (siglo XIII) de la Catedral de Jaén. Instituto de Estudios Giennenses. Jaén, 1956.

 



[1] QUESADA QUESADA, Tomás, “Poblamiento y fortificación del territorio en los siglos XII-XIII. El caso de las sierras meridionales de Jaén”.  En MALPICA, Antonio (editor), Castillos y teritorio en Al-Andalus. Universidad, Granada, 1998, p. 144-146.

[2] Walter Mettman, en su edición comentada de las Cantigas de Santa María, lo ubica en el término de Villanueva del Arzobispo, donde existe un lugar denominado Chincolla. También  lo ubican aquí Juan Higueras Maldonado en su estudio sobre los Documentos latinos del siglo XIII al XVII en los archivos de Baeza, p. 15; Francisco Rodríguez Molina en “El patrimonio eclesiástico del obispado Jaén-Baeza”, B.I.E.G., 82, p. 49; y Julio González en Reinado y Diplomas de Fernando III, p. 322.

[3] Martín Jimena Jurado en el Catálogo de los Obispos de las iglesias catedrales de Jaén..., p. 143, identifica el lugares de Chincoya junto a Cazorla.

[4] En la reproducción  de unos versos de las Cantigas de Santa María de la revista Don Lope de Sosa, año 1914, p. 29, se ubica Chincoya en algún lugar al Sur de la provincia de Jaén.

[5] ESLAVA GALAN, Juan. "Algunas precisiones sobre la localización del Castillo de Chincoya". Boletín Instituto de Estudios Giennenses. Jaén: Instituto de Estudios Giennenses; Julio-Septiembre 1985; 123,  p. 31-38.

[6] MONTOYA MARTINEZ, Jesús. "El castillo de Chincoya". Boletín Instituto de Estudios Giennenses. Jaén: Instituto Estudios Giennenses; Enero-Marzo 1980; 101,  p. 17-25.

[7]NAVIDAD JIMÉNEZ, Nicolás. "El valle de Neblín". Sumuntán. Revista de Estudios sobre Sierra Mágina, núm. 11. Carchelejo: CISMA, 1999, p. 194.

[8]            “O alcaide por tod' esto sol cabeça non tornou,

mas por chegar ao mouro logo o rio passou;”

  [9] (Cantigas de Santa María. Códice Rico de El Escorial. Ms. Escurialense T.I.1. Introducción, versión castellana y comentarios de José Filgueira Valverde. Madrid: Editorial Castalia, 1985, págs. 304-306.)

[10]  HIGUERAS MALDONADO, Juan. Documentos latinos del siglo XIII al XVII en los archivos de Baeza. Jaén, 1974, p. 22-24; y SEGURA MORENO, Manuel. Estudio del códice gótico (siglo XIII) de la Catedral de Jaén. Instituto de Estudios Giennenses. Jaén, 1956, p. 199.

[11]  CUEVAS MATA, Juan; ARCO MOYA, Juan del; y ARCO MOYA, José del (editores). Relación de los hechos del muy magnífico e más virtuoso señor, el señor don Miguel Lucas, muy digno condestable de Castilla. Universidad de Jaén / Ayuntamiento. Jaén, 2001, p. 368.