Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 24. Primavera-11

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Trova de la mirada

Trova del merengue

Tus cinco sentidos

Como un hermano

De regaliz tus huesos

El signo radiante

La conciencia del tiempo

Haya paz en la tierra

Hora de partir

Me gusta el Sol por la mañana

No me rindo

Soy vagabunda


Colaboraciones

Análisis métrico. Poema de Luis Rosales

Reseña literaria de Quevado

Última batalla

Fragmentos - Malakázyntos


Noticias

  V Festival Internacional de Poesía 'Palabra en el Mundo 2001'

 XV Certamen Internacional Surcos de Poesía

 X Premio de Poesía León Felipe Tabara 2011


Colaboran en este número


Nos anteriores

 


 

 

Reseña literaria de Quevedo*


          

                Paso a comentar el siguiente poema de Quevedo:

 

Aun a la muerte vine por rodeos;

que se hace de rogar, o da sus veces

a  mis propios deseos;

mas ya que son mis desengaños jueces,

aquí,  solo conmigo,

la angosta senda de los sabios sigo,

donde gloriosamente

desprecio la ambición de lo presente.

No lloro lo pasado

ni  lo que ha de venir me da cuidado,

y  mi loca esperanza, siempre verde,

que sobre el pensamiento voló ufana,

de pura vieja aquí su color pierde

y  blanca puede estar de puro cana.

Aquí, del primer hombre despojado,

descanso ya de andar de mí cargado.

 

                Este poema es una silva, es decir,  un poema formado por la combinación asimétrica de endecasílabos y heptasílabos, con rima consonante libremente dispuesta.

                El primer paso que doy para comentar esta silva consiste en llevar a cabo una ficha léxica de las palabras que desconozco. La primera palabra  es “angosta” que significa:   estrecho  o reducido, escaso. La segunda palabra  es “ufana” que significa: arrogante, presuntuoso, engreído, satisfecho, contento, que procede con resolución y desembarazo en la ejecución de alguna cosa. La tercera  es “despojado” que significa del verbo despojar:   privar a alguien de lo que goza y tiene.

                A continuación menciono los temas de esta silva, que si bien son temas morales de fondo, éstos se subdividen en:   la  muerte, los desengaños, los sabios, la ambición, el pasado, el futuro, la esperanza y  la vejez.

                Respecto a los paralelismos sintácticos existen dos: el primero de ellos consiste en introducir en el poema dos oraciones explicativas y pausadas porque llevan punto y coma y coma en los siguientes versos:   /Aun a la muerte vine por rodeos; /que se hace de rogar, o da sus veces/, y la oración también explicativa pausada en los versos: / y mi loca esperanza, siempre verde, /que sobre el pensamiento voló ufana/. El segundo paralelismo consiste en explicar el pasado y el futuro a través de dos versos con oraciones negativas: /No lloro lo pasado/ ni lo que ha de venir me da cuidado/.

                Entre las figuras retóricas señalamos:

A NIVEL MORFOSINTÁCTICO:

    el polisíndeton con la conjunción /y/ en los versos: /y mi loca esperanza, siempre verde/ y el verso: /y blanca puede estar de puro cana/.

    Asimismo en la condesación de temas seguidos, menos el de la esperanza que condensa el núcleo y a todos los endecasílabos; es decir, en los versos de introducciones temáticas, con los quebrados de heptasílabos, aparecen asíndenton expresados por los reiterados signos de puntuación  a través de comas.

                Como figura retórica también podríamos mencionar una anáfora a través de la palabra “aquí” en los versos: /aquí, solo conmigo/ y el verso: /Aquí, del primer hombre despojado/.

                La figura retórica más parecida a expresar /de puro vieja aquí su color pierde/ y blanca puede estar de puro cana/ es una epanadiplosis; aunque ésta consista en la repetición de una palabra al comienzo y al final del verso, esto es para la palabra “puro” que aparece repetida al comienzo de un verso y al final del siguiente.

                A NIVEL FÓNICO:

                                Existe una aliteración con la /r/ en los tres primeros versos: /Aun a la muerte vine por rodeos; / que se hace de rogar o da sus veces/ a mis propios deseos/. Aparece una segunda aliteración con la /s/ en el verso: /la angosta senda de los sabios sigo/. Y por último una tercera aliteración con la /r/ en los versos: /Aquí, del primer hombre despojado,/  descanso ya de andar de mí cargado/.

                A NIVEL SEMÁNTICO:

                Encontramos también como figuras retóricas una antítesis y una paradoja: la primera de ellas al introducir la muerte con los rodeos de que ésta venga por nosotros haciéndose de rogar o de que en otras ocasiones la pidamos nosotros mismos.

                El símil como relación de semejanza entre un término real y otro imaginario se deduce a la hora de relacionar la esperanza con una cana.

                Encontramos también un oxímoron como acercamiento de palabras de sentido contrario y que parecen excluirse: esto se traduciría a través de la palabra “angosta” frente a “gloriosamente”.

                Hay una personificación a la hora de atribuir cualidades humanas como “la esperanza” a una cosa como “la cana”.

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La forma textual del poema es un argumento y una descripción apareciendo los quebrados heptasílabos en los diversos temas del poema o versos de introducción, y concentrando los endecasílabos sin quebrados en el núcleo del poema y en los dos últimos versos que condensan la conclusión o el poema.

                Los tiempos verbales que predominan en el poema son el presente argumentado en primera persona.

                A nivel morfosintáctico predominan más los sustantivos que los verbos y los adjetivos se dividen en adjetivos concretos como los que expresan los colores  “verde” y “blanca” y adjetivos abstractos como “loca” y “ufana”, dando a la palabra “esperanza” ,que condensa con los endecasílabos aglutinados el núcleo del poema, un sentido denotativo con su definición concreta hacia un sentido connotativo donde se asume por parte de la esperanza un valor suplementario, alusivo, evocativo o afectivo al deseo de ser la esperanza siempre constante y tan prolongada y vieja como una cana blanca materializándose ésta o no.

                Tengo que aludir al libro de donde seleccioné este poema titulado: Poesías: antología comentada, Góngora y Quevedo, cuyo editor literario es José Jiménez Ruiz de la editorial Aljibe. Al hablar José Jiménez Ruiz de la poesía moral de Quevedo comenta el estado de radical pesimismo del poeta al constatar que todo se hallaba impregnado por la mentira, el vicio, el engaño y el dominio de las más bajas pasiones; sin embargo en esta silva el poeta no llora lo pasado, ni lo que ha de venir le da cuidado. Por otra parte alude José Jiménez Ruiz, explicando los temas morales de Quevedo,  a un sentimiento de angustia insostenible provocado por la muerte y a que ni en su condición ni en sus relaciones encuentra el ser humano un motivo para la esperanza; sin embargo, en este poema al hablar de la muerte Quevedo lo hace con la palabra “rodeos”, esto es, que por una vez  se hace de rogar y por otra, contradictoriamente,   responde a nuestros deseos de morir. Sí estoy de acuerdo con José Jiménez Ruiz, al tratar los temas morales de Quevedo, cuando alude a que la esperanza siempre verde o inmadura se transforma en blanca o vieja de tanto esperar y de no materializarse nunca.

 

                 *Encarnación Sánchez Arenas.

 

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