Romeral Alto.
Es una calle, en su mayor recorrido de piso llano, que se adapta perfectamente a la ladera de la Serrezuela. Sus pequeñas casas, muchas de dos pisos, son una expresión más moderna de una zona deprimida en la que durante siglos han existido cuevas. Allí, en un principio, sólo existían estas viviendas horadadas en la dura tierra para servir de habitáculo a las clases más desfavorecidas de la población. Su origen estaría en el auge demográfico del siglo XVI, y a lo largo de los siglos se fueron multiplicando, extendiéndose a lo largo de la ladera desde el Romeral al Chorreadero. En 1838 eran 85 las cuevas habitadas, en 1860 sumaban ya 116, las cuales fueron ampliándose en la segunda mitad del siglo XIX, ocupando la zona conocida como Cuevas de la Fuente.
Las condiciones de vida en ellas eran muy precarias, el hacinamiento, la falta de ventilación, las humedades, e incluso las goteras y los derrumbes durante los períodos de torrenciales lluvias eran corrientes. Todo ello, unido a la falta de medios de las personas humildes que las ocupaban, conducían a un incremento de las enfermedades. Estuvieron habitadas hasta principios de la década de 1960, cuando las fuerte lluvias del año 1963 obligaron a dejarlas ante el peligro de derrumbes, refugiándose sus habitantes en locales públicos y particulares mientras se construían nuevas viviendas sociales.
La denominación de Romeral debe provenir de la existencia de gran número de plantas de este tipo en la zona antes de que se horadasen las cuevas, ya que el romero es muy común en el término. A mediados del siglo XVIII existen ya casas en los ejes principales que surcan el espacio anárquico que formaba el Romeral. Estos dos ejes recibieron el nombre de Romeral Alto y Bajo, por ser el centro aglutinador del resto de las cuevas diseminadas por toda la ladera de la Serrezuela. Muchas de estas casas fueron edificadas en el patín de las cuevas, que aún mantienen comunición con la parte posterior de la casa.
Más arriba de esta calle continúan las cuevas, aprovechando cada tramo de la pendiente hasta casi llegar a la roca desnuda. Esta es la zona más alta del pueblo, donde la visión se recrea en el amplio paisaje que aparece desnudo a sus pies. En este paraje apenas se han realizado construcciones y las cuevas, con las chimeneas destrozadas y el interior en ruinas, aún mantienen esa imagen perdida en el tiempo, fiel reflejo de un dramático modo de vida. Recientemente, algo totalmente inusual ha acontecido en este lugar. Un grupo de vecinos ha comprado un número importante de ellas y ha decidido acondicionar este paraje. Se han plantado árboles y restaurado cuevas, en un intento de devolver al pueblo esta zona histórica olvidada, antes de que éstas se perdieran para siempre. Y poco a poco lo están consiguiendo.